EURO 96

Jacquet vuelve al punto de partida

El debate por la exclusión de Cantona y Ginola vuelve a fustigar a Francia

Los dos son franceses, han sido apartados de su selección contra la opinión mayoritaria de la crítica, juegan en el fútbol inglés, han disputado el título de Liga hasta la última jornada y sólo les separan poco más de 200 kilómetros. Son, sin embargo, dos futbolistas opuestos. Uno se llama Eric Cantona y es el líder del Manchester United, y el otro lleva por nombre David Ginola y desfila en el Newcastle.¡Francia, sin Ginola y Cantona, no tendrá el apoyo de nuestra Inglaterra!", advertía una pancarta colgada en la grada sur del estadio St, James Park de Newcastle el día en que el equipo de Aimé...

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Los dos son franceses, han sido apartados de su selección contra la opinión mayoritaria de la crítica, juegan en el fútbol inglés, han disputado el título de Liga hasta la última jornada y sólo les separan poco más de 200 kilómetros. Son, sin embargo, dos futbolistas opuestos. Uno se llama Eric Cantona y es el líder del Manchester United, y el otro lleva por nombre David Ginola y desfila en el Newcastle.¡Francia, sin Ginola y Cantona, no tendrá el apoyo de nuestra Inglaterra!", advertía una pancarta colgada en la grada sur del estadio St, James Park de Newcastle el día en que el equipo de Aimée Jacquet se estrenó en la Eurocopa. Luego, tras la victoria francesa ante Rumania, el nombre de Ginola ni siquiera sonó en los pubs ingleses donde se habla exclusivamente de fútbol. Hoy, jornada de reflexión tras el empate con España, vuelve a sonar como un latiguillo. Ginola siempre va por detrás de Cantona.

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¿Sabe donde está el pub de Ginola?, preguntamos en la taberna de Zorba el griego. La respuesta es descorazonadora: "No hay ningún pub de Ginola en Newcastle. David Ginola no tiene un pub de fútbol sino un club de fans, de muchas admiradoras. Ginola es la publicidad. Cantona, en cambio, es el fútbol".

La advertencia se cumple a rajatabla. La hinchada venera a Cantona y tiene dudas sobre Ginola.

La pérdida del título de Liga a manos del Manchester United de Cantona dejó huellas todavía visibles en las paredes de algún pub de Newcastle, el hogar de Ginola. "Nosotros necesitamos fichar a Shearer para combatir a Cantona y ganar la Liga", apunta un aficionado.

La propuesta es aplaudida por aquellos que hablan con una cerveza en la mano. "¿Sabe cuál es la diferencia entre Ginola y Cantona?", pregunta otro, "pues que Ginola proyecta su propia imagen personal y Cantona, la del club".

Ginola es modelo de Cerruti, promociona las gafas Ray-Ban, su rostro es visible en distintos aeropuertos y hace publicidad para Mars y Snikers en Francia e Inglaterra. Cantona, en cambio, tiene prohibido que se entrometan en su vida privada. Tiene un contrato con Nike, pero su figura ha contribuido decisivamente a aumentar los ingresos del Manchester United. No se promociona de forma personal -elige sólo lo que le gusta- sino que la entidad aprovecha el ascendente de un ariete francés que es portada de las revistas, protagonista de libros y de películas y disputa cada año el título de mejor futbolista inglés. El poderío de Eric Cantona en Inglaterra es incontestable incluso en casa de Ginola.

Los hinchas ingleses fustigan a los franceses diciéndoles que con Cantona en el equipo ya estarían clasificados. Jacquet calla. El ténico galo ha dignificado su silencio. Sabe, sin embargo, que ha vuelto al punto de partida. Nuevamente la selección de Bulgaria se cruza en el camino de los franceses.

Fue preisamente Bulgaria quien el 17 de noviembre de 1993 dejó a Francia fuera del Mundial de Estados Unidos y desencadenó la gran renovación en el equipo: Jacquet fue elegido seleccionador y, posteriormente, David Ginola y Eric Cantona fueron excluidos de la selección más por una razón personal que futbolística. Eran algo así como las manzanas podridas.

Los números de Aimée Jaquet (25 partidos sin perder) han bastado para combatir la pirotecnia de quienes creen que el fútbol es de los mejores futbolistas y no de los conductores de grupo. No clasificarse para los cuartos de final de la Eurocopa dejaría otra vez a Francia en el disparadero y a Amiée Jacquet en el confesionario.

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