180 millones y 1.500 socios

El dinero no lo es todo. El Extremadura ha roto los esquemas mercantilistas del fútbol. Con una población de 28.000 habitantes, 180 millones de pesetas de presupuesto y 1.500 socios, el equipo de Almendralejo (Badajoz) se ha convertido en el arquetipo de la fantasía, en un resorte para los humildes.Desde la periferia más rural y agraria, el Extremadura ha tocado el cielo aupado por la mesura, la constancia y un bien hacer las cosas. Cuando en 1923 se creó el club ¿quién le iba a decir a aquellos aficionados del Barça, promotores del equipo, perdidos en la seca Extremadura que la elección de lo...

El dinero no lo es todo. El Extremadura ha roto los esquemas mercantilistas del fútbol. Con una población de 28.000 habitantes, 180 millones de pesetas de presupuesto y 1.500 socios, el equipo de Almendralejo (Badajoz) se ha convertido en el arquetipo de la fantasía, en un resorte para los humildes.Desde la periferia más rural y agraria, el Extremadura ha tocado el cielo aupado por la mesura, la constancia y un bien hacer las cosas. Cuando en 1923 se creó el club ¿quién le iba a decir a aquellos aficionados del Barça, promotores del equipo, perdidos en la seca Extremadura que la elección de los colores azulgrana obligaría años después a la todopoderosa entidad que preside Núñez a cambiar su uniforme oficial cuando la próxima temporada salten al vetusto y humilde terreno de juego del Francisco de la Hera porque el equipo local comparte su misma indumentaria?

Josu Ortuondo, un vasco de 44 años, nacido en Ondárroa, es el hechicero de Almendralejo. El hombre que en sólo cinco años ha llevado al Extremadura desde las cavernas de Segunda B a la gloria de Primera, y todo ello sin exigencias, sin grandes presupuestos. Josu ha sabido inculcar un espíritu ganador en un grupo de jornaleros del fútbol. Primero, la persona; después, el jugador, y éstos se han sentido mentalmente fuertes. Manuel, el goleador; Amador, el portero; Pedro José, Tirado..., han encontrado siempre una respuesta de Ortuondo cuando éste ha hecho una intepretación sutil de la zona, porque pocos equipos, incluidos los de Primera, practican la zona como el Extremadura. "Los partidos no los ganan 11 jugadores sino toda la plantilla, incluidos quienes no saltan al campo", ha repetido hasta la saciedad Ortuondo. El presidente, Pedro Nieto, de 48 años, es gerente de una bodega. Se hizo cargo del club en la temporada 82-83 y ahora vive en una nube. "El Extremadura no tiene gerente, ni secretario técnico y quizá fallamos en cosas simples", dice Nieto.

Muchas son las preguntas que rodean ahora al Extremadura. Para todo parece haber respuesta. De momento la Junta de Extremadura ayudará al club a remodelar el estadio, como lo hizo con el Mérida.