FUTBOL SEGUNDA DIVISION

La ambición rojiblanca llega tarde

El Atlético B vence, pero menguan sus opciones de ascenso

La ambición rojiblanca volvió a escena, pero llega un poco tarde. Tres derrotas consecutivas en los tres choques anteriores al de ayer son un fardo muy difícil de levantar y sólo una carambola puede dar al Atlético B una plaza entre los elegidos. La victoria del Deportivo B en Pontevedra vuelve a dejar al conjunto colchonero fuera de los puestos de promoción. Y el club rojiblanco dependerá el próximo domingo del resultado del filial coruñés para saber si tiene opción a disputar la liguilla de ascenso. Sólo un pinchazo del Minidepor, en casa ante el Madrid B, y una victoria atlética, en ...

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La ambición rojiblanca volvió a escena, pero llega un poco tarde. Tres derrotas consecutivas en los tres choques anteriores al de ayer son un fardo muy difícil de levantar y sólo una carambola puede dar al Atlético B una plaza entre los elegidos. La victoria del Deportivo B en Pontevedra vuelve a dejar al conjunto colchonero fuera de los puestos de promoción. Y el club rojiblanco dependerá el próximo domingo del resultado del filial coruñés para saber si tiene opción a disputar la liguilla de ascenso. Sólo un pinchazo del Minidepor, en casa ante el Madrid B, y una victoria atlética, en casa, ante el Talavera, podrían teñir de rojiblanco la única plaza ya disponible.El Atlético B rompió ayer su mala racha. Fue el único equipo ambicioso en la cancha, y por eso de llevó el triunfo. Por eso y por la calidad del incansable Cherna, omnipresente en todas las jugadas de ataque rojiblancas. Chema es rápido, tiene un regate eléctrico y no se asusta ante nada. De vez en cuando se pasa de vueltas y derrocha regates que no van a ningún sitio, pero lo cierto es que es garantía de peligro.

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La primera parte sólo ofreció dos goles. Lo demás, balones mareados en torno al círculo central. Para ver fútbol hubo que esperar a la reanudación. El conjunto colchonero salió a comerse al rival. En el minuto 71, una jugada decidía el choque. Rodri zancadilleaba a Chema -lo único que podía hacer para evitar un gol- y se ganaba la expulsión por doble cartulina. Y aparecía el primo pequeño de Pantic, Marín, y colocaba un balón exquisito, de falta directa, fuera del alcance del despistado Víctor. En cuestión de dos minutos, el Madrid C se quedaba con diez y un gol de desventaja. No hizo falta más. Pero la victoria atlética es, en cualquier caso, difícil de saborear.

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