Un argelino pierde un ojo y una pierna al salir en ayuda de una joven en el metro

El ojo y la pierna izquierda. Eso fue lo que perdió Miloud K., argelino de 23 años, por salir en ayuda de una joven a la que estaba atacando un hombre en la parada del metro de Embajadores, en Madrid. Los hechos ocurrieron minutos antes de las nueve de la noche del martes, cuando Miloud esperaba tranquilamente la llegada del convoy. A su lado aguardaba también una estudiante de 16 años. Un hombre de pelo negro irrumpió en el andén. Según los testigos, se dirigió a gritos hacia la chica, quien, temerosa, retrocedió. "¡Te vas a enterar!", soltó el recién llegado antes de empezar a pegarla....

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El ojo y la pierna izquierda. Eso fue lo que perdió Miloud K., argelino de 23 años, por salir en ayuda de una joven a la que estaba atacando un hombre en la parada del metro de Embajadores, en Madrid. Los hechos ocurrieron minutos antes de las nueve de la noche del martes, cuando Miloud esperaba tranquilamente la llegada del convoy. A su lado aguardaba también una estudiante de 16 años. Un hombre de pelo negro irrumpió en el andén. Según los testigos, se dirigió a gritos hacia la chica, quien, temerosa, retrocedió. "¡Te vas a enterar!", soltó el recién llegado antes de empezar a pegarla.

La joven, bajo la lluvia de golpes, pidió auxilio. Miloud saltó en su ayuda. El agresor, según los testigos, le respondió con un terrible empujón que le tiró a la vía justo en el momento en que entraba en la estación un convoy. El argelino apenas pudo reaccionar. La máquina le arrolló. Miloud quedó sin globo ocular izquierdo, con la pierna izquierda amputada y la derecha triturada.

El agresor -que luego sería detenido- aprovechó la confusión para huir. Y la chica, mientras llegaban las ambulancias, contó su historia. Un relato que se iniciaba a unos cien metros del andén, en el bar Oss-I, de la calle de Embajadores, número 66. Allí, al anochecer, la joven había estado charlando con sus compañeros de conservatorio. En el mismo bar, al lado de los jóvenes, veía pasar las horas, como tantas otras veces, Manuel S., de 25 años, alias El Portugués.

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El hombre tras el umbral

El hombre que tiro al argelino a las ruedas del metro confesó nada más abrir la puerta de su casa a la policía

Tras la agresión, el Grupo de Homicidios de la Policía Judicial y los agentes de la comisaría de Arganzuela empezaron a investigar. Con los testimonios de los camareros y clientes del bar localizaron el domicilio del acusado, en la calle de Valdecaleras, en el barrio de San Fernando (Hortaleza).Pasada la medianoche, los agentes se dirigieron a la vivienda. Fue el mismo Manuel S. quien abrió puerta a la policía. Al verla, no lo dudó: les hizo pasar y se confesó autor de los hechos. Incluso comentó que estaba pensando entregarse. Su hermana, con la que compartía la vivienda, entregó, a los policías una cazadora y una camiseta que ya estaba en remojo.

En las prendas, a tenor del informe policial, se apreciaban manchas de aerosol. El detenido carece de antecedentes. En la mañana de ayer aún no había sido puesto a disposición judicial.

El argelino seguía anoche ingresado en la unidad de vigilancia intensiva del hospital Doce de Octubre. Su estado era muy grave. Tras la pérdida del ojo y la pierna izquierda, los médicos luchaban por salvarle la pierna derecha. La policía trataba de localizar a sus familiares. En la estación de metro de Embajadores, los trabajadores apenas tenían información sobre el ataque, únicamente sobre el accidente.

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