Tribuna

El último esfuerzo

Caminero. El hombre más importante en el partido más importante. Un gran jugador. Cargado de tics para la galería, de gestos caprichosos, pero un jugador. En un Atlético que se vio inesperadamente arrollado por el Barça durante muchos minutos, supo mantener el grupo a flote y facilitó el primer gol con una maniobra inolvidable. En las buenas fue aún mejor.Empujar la defensa. Cruyff ordenó lo preciso para descomponer al Atlético: dos buenos extremos y mucho alimento para ellos. Hagi y Figo recibieron todo el juego y demostraron ser individualmente muy superiores a los defensas del...

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Caminero. El hombre más importante en el partido más importante. Un gran jugador. Cargado de tics para la galería, de gestos caprichosos, pero un jugador. En un Atlético que se vio inesperadamente arrollado por el Barça durante muchos minutos, supo mantener el grupo a flote y facilitó el primer gol con una maniobra inolvidable. En las buenas fue aún mejor.Empujar la defensa. Cruyff ordenó lo preciso para descomponer al Atlético: dos buenos extremos y mucho alimento para ellos. Hagi y Figo recibieron todo el juego y demostraron ser individualmente muy superiores a los defensas del Atlético, espléndidos en el juego colectivo de una línea adelantada, pero menos fiables cuando les encara un buen extremo.

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La consecuencia. La consecuencia de una defensa atrasada fue que los centrocampistas del Atlético se enfrentaron a más terreno de lo acostumbrado. Eso rompe todos los hábitos y mecanismos del equipo. Y encima faltaba Simeone, el más activo de los centrocampistas. El Atlético llegó al descanso con empate a uno pero con un panorama sombrío.

Conjurados. Sin duda alguna, Antic conjuró a los suyos en el descanso, les animó a hacer un último esfuerzo. Cuarenta y cinco minutos para apretar los dientes y los puños y ganar la Liga. Biagini le dio aire al equipo, porque bajó a conectar con la media, la defensa se atrevió a- adelantarse un poquito, todos presionaron y durante 20 minutos el Atlético sacó la cabeza. Marcó un gol, le anularon otro y pegó un tiro al palo. Duró 20 minutos, porque el Barça consiguió rehacerse, pero había valido una Liga.

lván de la Peña. El apretón final del Barça se desarrolló en torno a él. Se le puede atusar de bastantes defectos tácticos, pero su clase es innegable. Las llegadas más peligrosas del Barca en la fase final, nacieron en sus botas. Lo que le falló a su equipo no fue la producción de juego, sino el remate. Justo lo que sí tuvo el Atlético, que todavía se permitió mejorar el resultado cuando ya se mascaba el final.

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