FÚTBOL SEGUNDA DIVISIÓN

Anestesiados en el pozo

El Getafe no reacciona ante el oficio de un pobre Logroñés

Sufrir hasta que las matemáticas fuercen la resignación. Es lo que le queda al Getafe, un equipo que cae en picado, sin recursos para frenar su desplome. Ayer tuvo enfrente a un conjunto presuntamente destinado a ascender pero que presentó un pobre aspecto: nula ambición, y a esperar al contragolpe.El Getafe vive anestesiado. Sale con ganas, pero el brío se esfuma con los minutos. Y cualquier contratiempo tumba a los jugadores. En estos días tristes, un gol en contra y en casa es mucho más que un contratiempo: es una losa que aplasta las ideas y dispara el fútbol de patadón sin destinatario. C...

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Sufrir hasta que las matemáticas fuercen la resignación. Es lo que le queda al Getafe, un equipo que cae en picado, sin recursos para frenar su desplome. Ayer tuvo enfrente a un conjunto presuntamente destinado a ascender pero que presentó un pobre aspecto: nula ambición, y a esperar al contragolpe.El Getafe vive anestesiado. Sale con ganas, pero el brío se esfuma con los minutos. Y cualquier contratiempo tumba a los jugadores. En estos días tristes, un gol en contra y en casa es mucho más que un contratiempo: es una losa que aplasta las ideas y dispara el fútbol de patadón sin destinatario. Cuando el Getafe encaja un gol, el mundo se le echa encima, las sombras del descenso oscurecen las mentes y los futbolistas se hacen pequeñitos. En vez de sacar pecho como requiere la situación, en vez de tirar de casta cuando la calidad no surte efecto, los getafenses se vuelven mansos. Luchan, pero sin garra. Y se dejan llevar por su destino: el descenso.

La primera media hora del equipo de Duque fue lo mejor. El conjunto madrileño fue superior durante este efímero periodo de tiempo y creó dos ocasiones claras por medio de sus puntas serbios: una genial falta directa de Stojiljkovic a la escuadra y un certero remate de cabeza de Bartrovic que encontró los guantes de Santisteban. Entonces llegó el penalti, tras una jugada infantil de Angelín, que se complicaba la vida en torno al área. Cuando el que peca de inexperto es el veterano de la plantilla, mala cosa. la cosa acabó en gol.

En la segunda parte, el Getafe no creó una sola ocasión de gol, mientras el Logroñés, tirando del oficio de un ex Primera, que no de calidad, aguardaba esperando su oportunidad. Un balón a veinte metros de la media luna getafense provocó el hachazo final de Manel.

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