Sala vincula la crisis del Poder Judicial al 'caso Estevill y no a los nombramientos del Supremo

Pascual Sala, presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), tras reunirse ayer con los titulares del Congreso, Federico Trillo, y del Senado, Juan Ignacio Barrero, dio cuenta de la "alta comprensión" mostrada por ambos hacia la necesidad de renovación urgente del órgano de gobierno de los jueces. Informó que Trillo fijó el 2 de abril para el comienzo de las conversaciones parlamentarias. Sala vinculó la "tensa situación" que vive el Consejo a los problemas personales del vocal Luis Pascual Estevill, defendidos equivocadamente, según él, por un sector del CGPJ y negó con energía la ...

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Pascual Sala, presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), tras reunirse ayer con los titulares del Congreso, Federico Trillo, y del Senado, Juan Ignacio Barrero, dio cuenta de la "alta comprensión" mostrada por ambos hacia la necesidad de renovación urgente del órgano de gobierno de los jueces. Informó que Trillo fijó el 2 de abril para el comienzo de las conversaciones parlamentarias. Sala vinculó la "tensa situación" que vive el Consejo a los problemas personales del vocal Luis Pascual Estevill, defendidos equivocadamente, según él, por un sector del CGPJ y negó con energía la hipótesis, que calificó de "temeraria", que relaciona la crisis actual con la designación de magistrados para la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

En el documento explicativo de las razones por las que aceptó el miércoles último las dimisiones de seis vocales, Sala vincula el deterioro alcanzado por el CGPJ, y que originó las renuncias, con "los problemas personales que afectan a uno de sus miembros y que, por eso mismo, deberían haberse dilucidado extramuros de este órgano constitucional". Razona la aceptación "ahora" en que, "constituídas las Cámaras que integran las Cortes Generales, existe ya la Posibilidad constitucional y legal de que se proceda a la urgente renovación del Consejo". Sala recuerda que pidió "con insistencia esa renovación" desde el 8 de mayo de 1995, seis meses antes de que expirara el mandato del CGPJ.El presidente del Consejo hace referencia en su escrito "al clima general más que tenso -hay quien lo calificó, en su momento, de feroz- en el que se ha desenvuelto la vida política e instituciofial últimamente y, de modo especial, durante el año pasado, que no se detuvo a las puertas de muchas instituciones, ni tampoco, en lo que ahora interesa, ante las del CGPJ". En lugar de mantener, como durante los cuatro años anteriores, "la más firme unión de defensa institucional", Sala reprocha el predominio durante los últimos meses de los aspectos de confrontación entre dos sectores políticos, que "ha servido de argumento", dice, "para deslegitimar la elección parlamentaria".

Ideología e independencia

El documento entregado a Trillo y Barrero defiende la compatibilidad entre "tener ideología y ser, al tiempo, rabiosamente independiente". Y añade: "Sólo quienes nunca han conocido ni practicado la independencia confunden ideología con servidumbre, quizá porque, a la postre, la independencia se reconduce siempre a una sencilla cuestión de dignidad personal".

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Muy enérgico se mostró Sala frente a la especie "temeraria, por calificarla benévolamente", dijo, según la cual la permanencia en el Consejo de Estevill no tendría otra razón de ser que "lo decisivo de su voto para producir determinados nombramientos en el Suprerno". En velada referencia a la cobertura de vacantes de magistrados de la sala que juzgará el caso GAL, Sala se negó "terminantemente a aceptar esa especie, por la carga ¿le iniquidad e indignidad que supondría para quienes pudieran ser destinatarios de la atribución de ese espurio designio", tanto en el Consejo como en el Supremo.

Sin embargo, Sala reconoció que "la sombra de sospecha ha sido real", por lo que, en lugar del consenso sobre magistrados aptos para obtenerlo, "prevaleció la imagen de ruptura y confrontación". En función de ella, aceptó las seis renuncias, fundamentadas en "esa quiebra irreparable de las condiciones elementales de confianza y lealtad recíprocas". Aseguró que tal aceptación no afectará "al correcto funcionamiento del Consejo",, durante el previsible corto período previo a su renovación.

El presidente no dimitirá

Preguntado sobre si aceptará nuevas dimisiones, contestó afirmativamente, "siempre que se asegure el funcionamiento del Consejo". En la hipótesis de que se retrase varios meses la renovación del CGPJ, él presidente no dimitirá. Tampoco creyó necesario apelar al Rey para que, a la vez que consulta con los representantes de los grupos parlamentarios sobre la investidura del nuevo presidente del Gobierno, les inste a renovar el CGPJ.

Sala cree suficientes las seguridades ofrecidas por Barrero y Trillo, si bien este último fijó para el comienzo de las conversaciones sobre la renovación del Consejo precisamente el 2 de abril, la misma fecha de inicio de las consultas reales.

Rafael Sarazá (abogado cordobés propuesto en su día por IU) explicó su dimisión en el derecho constitucional "a vivir con dignidad", imposible de cumplir junto a "esas personas que no alcanzan esa dignidad", en referencia a Estevill. Y añadió: "Cualquiera que diga que yo he actuado por indicación política de votar o dejar de votar uno u otro candidato a magistrado del Tribunal Supremo es un malnacido, como decimos en mi tierra". Ignacio Sierra (propuesto por el PSOE) apeló también a la dignidad y refutó los argumentos que relacionan la crisis con los nombramientos para la Sala Segunda del Supremo revelando que su candidato" Ángel Calderón, "antiguo alumno" suyo, era el mismo del sector conservador.

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