Guillermo Timoner celebra sus 70 años

Guillermo Timoner no permitió que las autoridades locales le aguaran su fiesta de cumpleaños. El séxtuple campeón mundial de ciclismo de persecución tras moto celebraba ayer su 70º aniversario y tenía previsto correr 100 kilómetros en el velódromo mallorquín de Algaida. Pero el sábado por la noche se enteró de que el velódromo no tenía licencia de apertura ni de actividad y que, de acuerdo con el reglamento de espectáculos, el permiso para celebrar su fiesta había sido denegado."No dormí en toda la noche", confesó el ciclista. Y por la mañana tomó la decisión de correr bajo su total y absoluta...

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Guillermo Timoner no permitió que las autoridades locales le aguaran su fiesta de cumpleaños. El séxtuple campeón mundial de ciclismo de persecución tras moto celebraba ayer su 70º aniversario y tenía previsto correr 100 kilómetros en el velódromo mallorquín de Algaida. Pero el sábado por la noche se enteró de que el velódromo no tenía licencia de apertura ni de actividad y que, de acuerdo con el reglamento de espectáculos, el permiso para celebrar su fiesta había sido denegado."No dormí en toda la noche", confesó el ciclista. Y por la mañana tomó la decisión de correr bajo su total y absoluta responsabilidad. Timoner, que ganó su último título mundial en 1966 a los 40 años de edad, no corrió los 100 kilómetros que tenía previstos, pero realizó una exhibición y alcanzó velocidades tras la moto de alrededor de 160 kilómetros a la hora. El velódromo albergó unas 500 personas que entraron gratuitamente, la mejor entrada que se ha registrado en los últimos 20 años.

Timoner corrió como profesíonal por última vez en el Mundial de Barcelona en 1984, a los 58 años. Entonces rodaba a velocidades que oscilaban entre 77 y 82 kilómetros a la hora. "Si no correré 100 kilómetros, no será porque no pueda, sino porque no me dejan", manifestó el veterano ciclista, que tuvo su primera bici cuando en su casa vendieron una cerda de cría por 100 duros.

Cuando Timoner ganó su primer título mundial, los medios de comunicación le llamaron Quijote sobre un caballo de hierro, por la baja calidad de la bicicleta con la que competía. Sin embargo, su espíritu salvó todas las dificultades. Como ahora.

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