Tribuna:

'EL cartero'

Leo que el éxito de la película El cartero (y Pablo Neruda) en EE UU ha sido tal que Al Gore y Bill Clinton se han convertido en sus fans más entusiastas. Es más: el presidente, hasta se ha comprado el libro y le ha regalado a Híllary Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Bestial.La novela Ardiente paciencia, del chileno Antonio Skármeta -así como su primera versión en imágenes, realizada por el autor durante su exilio a cuenta de la dictadura de Pinochet-, es una versión menos edulcorada que la bellísima obra de Michael Radford. La relación entre el cart...

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Leo que el éxito de la película El cartero (y Pablo Neruda) en EE UU ha sido tal que Al Gore y Bill Clinton se han convertido en sus fans más entusiastas. Es más: el presidente, hasta se ha comprado el libro y le ha regalado a Híllary Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Bestial.La novela Ardiente paciencia, del chileno Antonio Skármeta -así como su primera versión en imágenes, realizada por el autor durante su exilio a cuenta de la dictadura de Pinochet-, es una versión menos edulcorada que la bellísima obra de Michael Radford. La relación entre el cartero y su poeta sigue constituyendo el núcleo central, pero la acción se desarrolla en Isla Negra, entre la casa de Neruda y la aldea cercana; y el poeta no es un cosmopolita olvidadizo, sino lo que fue, un huésped más o menos permanente del lugar. El drama final no se desencadena por una manifestación en la Italia de los setenta, sino por el golpe militar contra el Gobierno legítimo de Salvador Allende con la ayuda de EE UU. El desenlace de la novela y el primer filme -rudimentario, rodado en un escenario natural de la costa portuguesa parecido a Isla Negra, con actores chilenos también exiliados, conmovedor-, se produce cuando los golpistas asolan la aldea y el poeta, enfermo en su caserón, agoniza como la libertad en Chile. Entonces el cartero, burlando a los soldados, acude junto a su maestro y le recita de memoria los telegramas de solidaridad recibidos de todo el mundo, confiscados por los militares. Al salir de la casa, el muchacho es detenido, y se supone que desaparecido, como tantos.

Quizás Clinton se entere ahora de lo que pasó. (Nota: A propósito, el viernes 22, a las 20.30, en la calle Lope de Vega, 38, Madrid, se celebrará un Festival Contra la Impunidad, organizado por la Asociación Argentina Pro Derechos Humanos, la APDH española y el Club de Amigos de la Unesco).

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