FÚTBOL - LIGA DE CAMPEONES

La chispa entrañable del agobiado Arsenio

El técnico ejerce aún más de gallego en las conferencias de prensa

Arsenio, la meiga del fútbol gallego, ha pasado media carrera curtiéndose en mil batallas, pero la mayoría en equipos agonizantes. En su recta final, ya cumplidos los 60, su vida dio un vuelco insospechado: pasó de sufrir por la tragedia a sufrir por el éxito. Toda la vida aguantando la respiración para salvar a equipos modestos en el último instante y de repente, se topó a un penalti del título.Y, ahora, casi sin querer, a sus 65 años, está a tres partidos de una final de la Copa de Europa Pero Arsenio sigue sufriendo. En el pozo y en la élite. No puede evitar una mueca casi perman...

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Arsenio, la meiga del fútbol gallego, ha pasado media carrera curtiéndose en mil batallas, pero la mayoría en equipos agonizantes. En su recta final, ya cumplidos los 60, su vida dio un vuelco insospechado: pasó de sufrir por la tragedia a sufrir por el éxito. Toda la vida aguantando la respiración para salvar a equipos modestos en el último instante y de repente, se topó a un penalti del título.Y, ahora, casi sin querer, a sus 65 años, está a tres partidos de una final de la Copa de Europa Pero Arsenio sigue sufriendo. En el pozo y en la élite. No puede evitar una mueca casi permanente de agobio, ese reflejo que demacra a quienes viven al máximo su profesión. Lidia como puede con los centenares de periodistas que le rodean. Y lo lleva mal. Pero aún peor cuando debe enfrentarse a una nube de medios esposado a una mesa en una conferencia de prensa. Entonces es más gallego que nunca. Explota como nadie una aparente espontaneidad, una chispa entrañable, al tiempo que mordaz, para maquillar su agonía intestinal. Un ejemplo: este es un esbozo de su babélica conferencia de prensa de ayer, frente a españoles e italianos.

Periodista. ¿Quién organizará al equipo sin Hierro y Redondo?.

Arsenio. Hombre, tenemos mucha gente para sacar la pelota. Ahí están Milla, Laudrup...

P. ¿No dirá que Laudrup, va a jugar junto a Milla para sacar la pelota, casi de defensa?

A. Y yo qué sé dónde nos va a presionar la Juve. Si lo hace arriba, quizá Laudrup pueda ir un poquito atrás y sacar la pelota. El juego se puede organizar en muchos lugares, hombre.

P. Dice Rincón que usted no habla con él.

A. ¡Será porque él no quiere! Sí, sí, ha dicho eso, ya lo he oído esta semana, pero no tiene ningún sentido.

P. Rincón afirma que sólo oye su voz en los camerinos...

A. ¿Qué? ¿En los cataplines? Bien, no sé cómo se dice cataplines en italiano.

P. ¿Hablará con Cañizares para darle algún consejo?

A. ¿Y por qué tengo que hablar con él?. Que se anime, hombre. ¿No quería una oportunidad? Ahí la tiene. Hablar, hablar, hablar. ¿Hablar de qué? ¿Qué hay que decirles? Pues, mira hombre, que el corazón me dice que el encuentro es difícil. ¿Qué te dice a ti? Mira chico, no somos el equipo de El Corte Inglés.

P. (italiano) ¿Teme usted a Padovano?

A. Pero hombre, bueno, ¿tan peligroso va a ser si juega poco? Joga poco hombre, que joga poco (dirigiéndose al periodista italiano, agitando una mano con todas las yemas de los dedos sobre el pulgar).

P. (el mismo italiano, un tanto enojado). Pues sepa usted que cada vez que juega mete goles.

A. Que no joga mucho chico.

P. ¿Qué va a pedir a sus chicos?

A. Sobre todo les pediré que se se organicen bien Pero, a veces, me cuesta ganar esa organización que quiero. Además, sería bueno que presionemos a mitad de cancha, que no nos encierren en la portería no vaya a ser que nos metamos nosotros el gol.

Al final, las carcajadas y los apelativos "es un monstruo" llenan todos los rincones de la sala.

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