Cartas al director

El centrocampismo

Dentro de quince días se celebrarán elecciones generales, y cuando todo el mundo creía que dos opciones políticas -dos formas de mirar el mundo a través del ojo de la misma cerradura- medirían sus fuerzas en las urnas, una de ellas cambia de camiseta.El Partido Popular, temeroso tal vez de que los negros pronósticos sobre, lo que haría la derecha si gobernara en España puedan calar entre los electores, gira en la esquina de la historia y vuelve a aparecer en el centro de la ambigüedad renegando de su esencia y sus patrocinadores.

No importa que a su multitudinario congreso haya sido inv...

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Dentro de quince días se celebrarán elecciones generales, y cuando todo el mundo creía que dos opciones políticas -dos formas de mirar el mundo a través del ojo de la misma cerradura- medirían sus fuerzas en las urnas, una de ellas cambia de camiseta.El Partido Popular, temeroso tal vez de que los negros pronósticos sobre, lo que haría la derecha si gobernara en España puedan calar entre los electores, gira en la esquina de la historia y vuelve a aparecer en el centro de la ambigüedad renegando de su esencia y sus patrocinadores.

No importa que a su multitudinario congreso haya sido invitado Jorge Mas Canosa, presidente de la ultraderechista Fundación Nacional Cubano Americana y que sueña con ver a Fidel Castro comido por los tiburones del Caribe.

No importa que Emilio Botín, el zar de los banqueros españoles, haya declarado públicamente su amor por la paloma que adorna el logotipo del Partido Popular.

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No importa tampoco que José María Cuevas, el patrón de los patronos, afirme que exigirá del PP algunas medidas en el ámbito del empleo que harían las delicias de Margaret Thatcher, Ronald Reagan, Chirac y los neorrepúblicanos estadounidenses.

Y uno se pregunta: ¿quién les dará de comer ahora a todos ellos si ya no son la derecha española, qué banco le va a dar la llave de la caja a una persona que se disfraza de centrocampista cuando todo el mundo sabe que siempre ha jugado por la derecha?

Y, sobre todo, ¿qué dice Norma Duval de todo esto?

Es realmente penoso que no digan la verdad ni siquiera cuando hablan de sí mismos.

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