Kaspárov recibe la mayor paliza de su carrera

Gari Kaspárov recibió el sábado la mayor paliza de su carrera, ante un rival de potencia monstruosa: valora 50.000 millones de posiciones en tres minutos, mucho más que toda la élite del tablero durante su vida entera. La evidencia de que el programa Deep Blue es una creación de seres humanos es un triste consuelo; se suponía que la creatividad del hombre aplicada al ajedrez siempre se impondría a la fuerza bruta."La máquina machacó al hombre", sentenciaba ayer el New York Times en su portada. La del Philadelphia Inquirer se abría a seis columnas con el título "La c...

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Gari Kaspárov recibió el sábado la mayor paliza de su carrera, ante un rival de potencia monstruosa: valora 50.000 millones de posiciones en tres minutos, mucho más que toda la élite del tablero durante su vida entera. La evidencia de que el programa Deep Blue es una creación de seres humanos es un triste consuelo; se suponía que la creatividad del hombre aplicada al ajedrez siempre se impondría a la fuerza bruta."La máquina machacó al hombre", sentenciaba ayer el New York Times en su portada. La del Philadelphia Inquirer se abría a seis columnas con el título "La computadora triunfa en el primer asalto contra el hombre".

Tras la derrota, Kaspárov rompió su compromiso de hablar con los periodistas al término de cada una de las seis partidas previstas (la 2ª continuaba en disputa al cierre de esta edición). Muy deprimido, estrechó la mano del operador que sirve de enlace a través del módem con el cuartel general de IBM en Nueva York, y se marchó al hotel.

Cuando se cumplía la segunda hora, Kaspárov hizo todo aquello que suele asustar a sus rivales humanos: se quitó la chaqueta, clavó los codos, disparé miradas asesinas al pobre operador que no sabía donde meterse y se lanzó al ataque contra el rey ofreciendo el sacrificio de varios peones en el flanco de dama. Fruto del pánico, cualquier ajedrecista hubiera rechazado esos peones para concentrar todas sus piezas en la defensa. Pero Deep Blue está inmunizado contra las bravatas. El programa calculó con tanta frialdad como rapidez unos cuantos cientos de millones de jugadas, no vio el jaque mate por ningún sitio y decidió comerse lo peones para entrar a saco por el ala opuesta.

Tras el primer asalto, los pronósticos han cambiado. Kaspárov tendrá que hilar muy fino, deberá intentar que el juego de largas maniobras y las posiciones cerradas prevalezcan sobre los ataques abiertos. Hay 50 millones de pesetas en juego.

Por otra parte, la húngara Zsuzsa Polgar, con negras, venció ayer en Jaén a la china Xie Jun en la octava partida del campeonato del mundo femenino. Después de ocho partidas, Polgar aventaja a Jun por 5,5 a 2,5.

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