Vence el Atlético más opaco

Derrota del Fuenlabrada en un partido gris

Los grandes equipos ganan incluso cuando su juego es oscuro. El Atlético B va camino de convertirse en gran equipo, por lo que se pudo ver ayer en La Peineta. Su opaca victoria le sirve para colocarse en puestos de promoción, pero del partido de ayer sólo recordará el resultado. De juego, nada de nada. Las figuras rojiblancas en ciernes optaron por dormitar sobre el machacado césped del estadio: Juan Carlos, sedado, no tocó bola. Y De la Sagra anduvo torpón, escéptico y lentorro. El único mérito atribuible a los colchoneros fue su capacidad para conservar: mantuvieron su ventaja durante...

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Los grandes equipos ganan incluso cuando su juego es oscuro. El Atlético B va camino de convertirse en gran equipo, por lo que se pudo ver ayer en La Peineta. Su opaca victoria le sirve para colocarse en puestos de promoción, pero del partido de ayer sólo recordará el resultado. De juego, nada de nada. Las figuras rojiblancas en ciernes optaron por dormitar sobre el machacado césped del estadio: Juan Carlos, sedado, no tocó bola. Y De la Sagra anduvo torpón, escéptico y lentorro. El único mérito atribuible a los colchoneros fue su capacidad para conservar: mantuvieron su ventaja durante 88 minutos.El sopor se apoderó pronto del graderío. A falta de espectáculo sobre el césped, los aficionados, enchufados por vía auricular a los carruseles vespertinos, festejaban goles ajenos de partidos de Primera.

El gol atlético llegó tan pronto y en una jugada tan rara que el público, que aún se frotaba las manos para entrar en calor, apenas pudo saborear el instante. De la Sagra se la puso a Roa, que aprovechó un despiste defensivo. Los defensores del Fuenla reclamaron fuera de juego.

El tedio acampó hasta el final de la primera parte. El Fuenlabrada a no reacciona a, y los rojiblancos se mareaban con, y sin balón.

Cuesta, técnico visitante, introdujo dos revulsivos para la segunda parte: Olivar y Peces. Se quedaron en gaseosa. El adelantamiento en las líneas del Fuenlabrada permitió que el Atlético encontrara algún hueco que otro. Pero sus jugadores andaban dormidos. El único que intentó romper la racanería imperante fue Cherna, con un par de internadas peligrosas que demostraban que él, al menos, sí que estaba en el partido. El Fuenlabrada sólo encontró una oportunidad en el tramo final: un disparo de Javi Sanz lamía el larguero. Y poco más. La victoria propicia que el Atlético comparta a partir de ahora con el Aranjuez los honores de mejor equipo madrileño de la categoría. Al menos, eso dice la tabla.

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