Una 'ONU' futbolística

El Homburg, de la Segunda B alemana, tiene en su plantilla 31 jugadores de 15 nacionalidades

El Homburg, equipo que juega en la liga regional Oeste-Suroeste de Alemania, equivalente a la Segunda B española, constituye una aunténtica ONU futbolística: en la plantilla conviven 31 futbolistas nada menos que de 15 nacionalidades. Al formar un equipo multicultural, multiétnico y multinacional, el Homburg cumple con creces cualquier exigencia que pudieran plantear los tribunales internacionales sobre la libre circulación de la mano de obra futbolísticaEn Homburg, una pequeña ciudad del Sarre de unos 40.000 habitantes, se ha producido un fenómeno insólito en el fútbol mundial. El equi...

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El Homburg, equipo que juega en la liga regional Oeste-Suroeste de Alemania, equivalente a la Segunda B española, constituye una aunténtica ONU futbolística: en la plantilla conviven 31 futbolistas nada menos que de 15 nacionalidades. Al formar un equipo multicultural, multiétnico y multinacional, el Homburg cumple con creces cualquier exigencia que pudieran plantear los tribunales internacionales sobre la libre circulación de la mano de obra futbolísticaEn Homburg, una pequeña ciudad del Sarre de unos 40.000 habitantes, se ha producido un fenómeno insólito en el fútbol mundial. El equipo local ha reunido una Internacional futbolística. En la plantilla, de 31 hombres, sólo 11 son alemanes. El resto procede de 14 países diferentes, incluidos por supuesto los tres de la antigua Yugoslavia que hasta hace unos días andaban enzarzados en guerra: tres serbios, dos croatas y un bosnio. La representación más destacada del continente europeo procede, además de la ya mencionada antigua Yugoslavia, de alguna de las repúblicas de la extinta Unión Soviética: tres georgianos, entre ellos un centrocampista internacional, un ruso y un ucranio. Un rumano, un polaco y un italiano completan los europeos del Homburg, África cuenta con dos representantes: uno de Ghana y otro de Togo. No podía faltar el continente americano, con dos brasileños, un argentino y un estadouniense.

Esta ONU futbolística ha sido posible gracias a las disposiciones de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), que establecen una limitación de tres extranjeros en cada alineación, pero sólo en las dos Bundesligas, primera y segunda. En los niveles inferiores del fútbol alemán no hay limite para el número de extranjeros. Por eso, es un hecho habitual, que el Homburg juegue con tres o cuatro alemanes y el resto futbolistas procedentes de media docena de países.Aparte de los problemas para los comentaristas radiofónicos, que notan como se les rompe la lengua con, los nombres de los futbolistas del equipo local, y de los periodistas deportivos, que tienen que mirar varias veces antes de transcribir con más o menos corrección los nombres de los georgianos y similares, la fórmula no parece haber dado malos resultados al Homburg. En la Liga marcha clasificado en la zona templada, en un séptimo puesto, a 13 puntos del líder, cuando está a punto de concluir la priemra vuelta. Sin embargo, la sensación la provocó el Homburg en la Copa alemana, donde estuvo a punto de clasificarse para las semifinales, tras haber eliminado a dos equipos de Primera y caer con pésima fortuna ante el Kaiserslautern en cuartos de final: perdió 3-4 en la prórroga.Esto es posible porque la Copa se disputa a un sólo partido. Si el sorteo empareja a equipos de diferentes categorías, el partido único eliminatorio se juega en el campo del conjunto inferior.

Las hazañas coperas del Homburg no tienen equivalencia en la Liga, donde el equipo se mueve en la mediocridad. De vez en cuando se producen conflictos. Tras un empate a cero goles contra el Alemania de Aquisgrán, el entrenador, Uli Sude, decidió sancionar a todo el equipo, excepto al portero georgiano Chkheidze, con una multa de 2.000 marcos (170.000 pesetas), que equivalen al medio sueldo mensual que perciben en Homburg.

Los georgianos del Homburg se reúnen para cocinar y pasar el tiempo juntos. Arweladze ya lleva dos años en Alemania y 5e defiende con el idioma, pero el también centrocampista georginano Nemsadze (23 años), casado y con dos hijos pequeños, sólo vive en Homburg desde hace seis meses y necesita un intérprete para entender las órdenes del entrenador. Para aprender alemán, Nemsadze ve mucha televisión y acude a, clases dos veces por semana. Nemsadze se siente a gusto en el Homburg con la atmósfera reinante entre los compañeros y considera que existe mucha más disciplina que en Georgia. Por eso cree que el equipo conseguirá mayores éxitos.

Sin embargo, los éxitos pueden ser la muerte de los extranjeros del Homburg, porque, si consiguieran ascender a Segunda División, entraría ya en vigor la limitación a tres extranjeros por partido y la ONU futbolistica debería quedar desmantelada. Quizá por eso jugaron tan bien en la Copa y son un equipo mediocre en la Liga.

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