LIGA EUROPEA DE BALONCESTO

El Barca pierde una buena ocasión en Tel Aviv ante el Maccabi

El Barcelona desperdició una buena ocasión en Tel Aviv. Perdió un partido contra un rival que no demostró ser superior. Pero el Barcelona pagó errores tan elementales como unos contra uno en defensa ante un par de jugadores que no son nada del otro mundo y una carencia de recursos ofensivos cuando Karnisovas y Montero dejaron de anotar con regularidad.El Barça no supo ni abrir brecha ni resolver en los instantes finales. No encontró el equipo azulgrana ninguno de los caminos que podían ensanchar su camino en la liguilla. Y sin embargo, durante muchas fases del partido, el Barça dejó la sensaci...

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El Barcelona desperdició una buena ocasión en Tel Aviv. Perdió un partido contra un rival que no demostró ser superior. Pero el Barcelona pagó errores tan elementales como unos contra uno en defensa ante un par de jugadores que no son nada del otro mundo y una carencia de recursos ofensivos cuando Karnisovas y Montero dejaron de anotar con regularidad.El Barça no supo ni abrir brecha ni resolver en los instantes finales. No encontró el equipo azulgrana ninguno de los caminos que podían ensanchar su camino en la liguilla. Y sin embargo, durante muchas fases del partido, el Barça dejó la sensación de ser mejor equipo que el Maccabi. Pero, al mismo tiempo, es evidente que el equipo azulgrana no encuentra la forma de romper los partidos ni explotar las debilidades de sus rivales. Las del Maccabi fueron muchas.

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El Barcelona intentó paliar su déficit de pivots con la puesta en escena, por vez primera, de Junyent primo de los jugadores del equipo de fútbol azulgrana, Óscar, Roger y Genís-. La voluntad no le bastó a Junyent que cooperó cuanto pudo pero que evidenció su inadaptación, por otra parte lógica, a los sistemas de ataque. Pero la gran bomba de relojería en la zona del Barcelona la constituyó la presencia del serbio Curcic, una mole de 2,06 metros, que ofreció un discurso tan olvidado como efectivo, el de los pivots que actúan en todo momento como tales y que escarban y sacan petróleo del par de metros en los que desarrollan todas sus argucias. Un discurso que cada vez son menos los que saben interpretarlo. Godfread tuvo muchos problemas para intentar contrarrestarlo. Con ello, el Maccabi se mantuvo vivo en un partido que el gran arranque de Montero y la calidad de Karnisovas decantaron para el Barga que llevó un 31-24 a un 37-44.

No hubo antifaces en la segunda parte. Cada equipo explotó los recursos que había ido haciendo patentes y el partido se mantuvo en una casi absoluta igualdad hasta los últimos instantes. El Maccabi encontró entonces el filón de Henefeld y Katash, que decidieron en los uno contra uno ante una defensa azulgrana, con menos ayudas y más vulnerable de lo habitual que se vino abajo a un minuto para el final, cuando el Barcelona todavía tenía muchas opciones con 8583.

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