Refundación y giro

El 23 de octubre pasado la Comisión Ejecutiva de las JSE -ya reducida a 11 miembros- envió una circular en la que analizaba las dimisiones registradas en el Comité Federal del día anterior. En el documento, firmado por 15 secretarios generales de federaciones regionales, se reconocía la existencia de "un distanciamiento entre los jóvenes y las organizaciones juveniles de izquierdas". Los firmantes apostaban por lo que llamaban la "refundación de la JSE", basada en una organización que "no repita mecánicamente esquemas de organizaciones de adultos".En la carta se acusa a "un grupo de compañeros...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El 23 de octubre pasado la Comisión Ejecutiva de las JSE -ya reducida a 11 miembros- envió una circular en la que analizaba las dimisiones registradas en el Comité Federal del día anterior. En el documento, firmado por 15 secretarios generales de federaciones regionales, se reconocía la existencia de "un distanciamiento entre los jóvenes y las organizaciones juveniles de izquierdas". Los firmantes apostaban por lo que llamaban la "refundación de la JSE", basada en una organización que "no repita mecánicamente esquemas de organizaciones de adultos".En la carta se acusa a "un grupo de compañeros, conscientes de su posición minoritaria", de bloquear el Comité Federal y sobre todo, de intentar forzar con su dimisión un congreso extraordinario. La circular muestra el apoyo al secretario general Juan Bouza y a la ejecutiva disminuida y anuncia ya que el congreso se celebrará en el mes de abril de 1995.

Más información

La versión de los dimisionarios -tantos como quedaron en la ejecutiva- es otra. Y también hablan de transformación y de giro en la organización. El manuscrito, muy breve, que entregaron explicando sus dimisiones no ha sido posible localizarlo, aunque nadie niega su existencia.

Los estatutos efectivamente hablan de plazos de convocatoria del congreso -cuatro meses-, pero también se advierte que en un congreso extraordinario los plazos no tienen por qué respetarse.

Quienes defienden la celebración inmediata se acogen al reglamento, que habla de un mes de plazo entre el comité y el congreso. Ambos sectores afirman que no quieren que coincida el congreso con las elecciones. La diferencia es que los críticos quieren el congreso cuanto antes para llegar e intervenir en el proceso electoral con la crisis resuelta.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En