AUTOMOVILISMO - MUNDIAL DE RALLIES

Bajo sospecha

El duelo entre Sainz y McRae vive bajo sospecha. Es una pelea en la que el posible favoritismo con el piloto escocés está siempre presente. Ayer quedó claro. Apareció la sombra recién iniciada la jornada. Al acabar el primer tramo, en el control horario Luis Moya preguntó, como es costumbre, por su tiempo y por el de los rivales. "Vosotros, 13m 14s, McRae y Eriksson, 15m 2s",, fue la respuesta en el puesto de cronometraje.No podía ser. "Imposible", espetó el copiloto de Sainz, "tiene que ser un error". Y lo era. La confusión fue tremenda, aunque al final los responsables del cronometraje la re...

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El duelo entre Sainz y McRae vive bajo sospecha. Es una pelea en la que el posible favoritismo con el piloto escocés está siempre presente. Ayer quedó claro. Apareció la sombra recién iniciada la jornada. Al acabar el primer tramo, en el control horario Luis Moya preguntó, como es costumbre, por su tiempo y por el de los rivales. "Vosotros, 13m 14s, McRae y Eriksson, 15m 2s",, fue la respuesta en el puesto de cronometraje.No podía ser. "Imposible", espetó el copiloto de Sainz, "tiene que ser un error". Y lo era. La confusión fue tremenda, aunque al final los responsables del cronometraje la resolvieron: 14m 34s para McRae, 15m 2s para Eriksson y 15m 3s para Sainz. La sentencia aún satisfizo menos al piloto madrileño.

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"De ninguna manera", comentó. "No puede ser que nos saque 29 segundos en 27 kilómetros". Incluso inquirió a McRae por la realidad de su espectacular registro. Y el copiloto del escocés, Derek Ringer, le mostró su cronómetro como prueba. Nadie rectificó de nuevo, aunque el tercer hombre de la carreta, el sueco Kenneth Eriksson, también terció: "A nosotros en el control nos dijeron que habíamos empatado con Colin, que nuestro tiempo era. el mismo, 15m 2s".

Tiempo para la sospecha y tiempo también para comprobar la tensión existente en el seno de la escudería Prodrive-Subaru. Los dos pilotos, McRae y Sainz, casi ni se hablan, a pesar de que acercaron sus posturas antes de empezar el rally. Y episodios como el de ayer no contribuyen a mejorar un ambiente necesariamente difícil por las circunstancias: dos rivales en lucha por un título mundial no pueden ser muy amigos en plena pelea, aunque sean compañeros de equipo.

Las suspicacias no acabaron ayer con el conflicto de los tiempos. Cuando el coche de Sainz bajó su rendimiento, mediada la jornada, algunos temieron las maniobras de la escudería para favorecer a McRae. El español no quiso entrar en tales especulaciones. El tercer factor favorable al escocés, el público, se ha mostrado correcto.

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