Cerrada una residencia por el abandono en que vivían los ancianos

La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales ordenó ayer el cierre de la residencia privada Carlos III de Aranjuez (39.000 habitantes) ante la situación de abandono en que vivían los ancianos residentes. La situación se conoció a raíz de la denuncia presentada por los 11 trabajadores de la plantilla contra los propietarios, como presuntos autores de una gestión económica fraudulenta y por los delitos de imprudencia y lesiones.

Los ancianos fueron trasladados, ayer a otras residencias: cuatro a El Deleite, también en Aranjuez, y tres a la de San Juan de Dios, situada entre Ciempozuelos ...

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La Consejería de Sanidad y Servicios Sociales ordenó ayer el cierre de la residencia privada Carlos III de Aranjuez (39.000 habitantes) ante la situación de abandono en que vivían los ancianos residentes. La situación se conoció a raíz de la denuncia presentada por los 11 trabajadores de la plantilla contra los propietarios, como presuntos autores de una gestión económica fraudulenta y por los delitos de imprudencia y lesiones.

Los ancianos fueron trasladados, ayer a otras residencias: cuatro a El Deleite, también en Aranjuez, y tres a la de San Juan de Dios, situada entre Ciempozuelos y Navalcarnero.Sobre las dos de la tarde de ayer, la residencia presentaba un aspecto desolador. Los siete ancianos -de los 40 que tenía el centro en julio- que aún vivían en el centro, esperaban con sus es casas pertenencias en la puerta a que sus familiares o las ambulancias contratadas les trasladaran a otros centros.

La denuncia, que fue puesta el pasado 26 de octubre contra los propietarios -Juana Alcaraz y su esposo, Fernando González, ahora en proceso declaración-, hacía constar que las cuotas de los residentes no se destinaban a comprar alimentos o, a las cotizaciones de la Seguridad Social. El teléfono fue cortado por falta de pago y no se pudo adquirir gasóleo para la calefacción. Carecían de secadora para la ropa, con lo que las grandes coladas tendidas en el sótano producían mucha humedad. Hubo tres avisos de corte de luz. Los trabajadores no cobran desde julio.

En las últimas semanas, los ancianos desayunaban mendrugos de pan duro y dormían con seis mantas por la falta de calefacción, a pesar de pagar unas cuotas mensuales entre las 80.000 y las 130.000 pesetas. Debido al frío, los ancianos no eran bañados desde hace un mes, según los denunciantes.

Los trabajadores critican también la falta de personal y de asistencia sanitaria. "Tal carencia ocasionó que la residente María Regina, que llegó grave del hospital Doce de Octubre, se la mantuviese con el suero que traía durante una semana. Se le produjo una hinchazón por retención de líquidos. Los trabajadores la llevaron al mismo hospital, donde murió", señala la denuncia.

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