BALONCESTO

Cifras muy dignas

Si en Europa pocos conocedores del mundo del baloncesto dudaban de las tremendas posibilidades de Sabonis en la NBA, dentro de la propia competición, para muchos su aportación era una incógnita. Incluso algunos como el alero de Bulls, Scottie Pippen, no tuvieron rubor en afirmar que "no será más que cacho de carne".Le bastó a Sabas que arrancase la pretemporada y con ella los partidos amistosos para empezar a mostrar sus muchas habilidades. En su debú igualó sus cifras al número de su camiseta: 11 rebotes y 11 puntos. Al tercer partido ya maravillaba con 20 puntos y 11 rebotes. Pero lo que rea...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Si en Europa pocos conocedores del mundo del baloncesto dudaban de las tremendas posibilidades de Sabonis en la NBA, dentro de la propia competición, para muchos su aportación era una incógnita. Incluso algunos como el alero de Bulls, Scottie Pippen, no tuvieron rubor en afirmar que "no será más que cacho de carne".Le bastó a Sabas que arrancase la pretemporada y con ella los partidos amistosos para empezar a mostrar sus muchas habilidades. En su debú igualó sus cifras al número de su camiseta: 11 rebotes y 11 puntos. Al tercer partido ya maravillaba con 20 puntos y 11 rebotes. Pero lo que realmente rondaba la cabeza del lituano era su debú en la Liga.

Y la hora de la verdad llegó, pero la mala fortuna no quiso que Arvydas debutase con un triunfo el pasado viernes frente a los nuevos Grizzlies de Vancouver (80-92) que, pese a sus pocas condiciones, parecían unos grandes expertos ante la falta de coordinación de los Blazers. Después de unos lógicos nervios al salir en el quinteto titular, Sabas logró desenvolverse con gran soltura y terminó el encuentro con unas cifras muy dignas para el poco juego que le dieron: 25 minutos, 10 puntos, siete rebotes (3 en ataque), tres asistencias y dos robos de balón.

Más información

"Esto no es más que el primer partido -afirmó Sabas- y todavía hay que trabajar mucho. Tengo que aprender el inglés para comunicarme con mis compañeros y pedirles más balones. Hay que jugársela a toda velocidad, sin tiempo para pensar. Ahora mismo una vez concluido el partido sólo pienso en cenar y practicar mi deporte favorito: dormir".

Archivado En