Entrevista:

BAILAOR "Siempre me sentí a gusto con ser gitano y madrileño"

Hijo de padres gitanos, de Madrid, El Güito nació en el barrio de Embajadores, donde empezó a bailar de niño en sus fiestas y en sus patios. Vivió la época dorada del flamenco en la capital y recorrió el mundo entero con su fama de gran estilista. Ahora, en plena madurez, un grupo selecto de expertos, críticos y escritores, acaba de otorgarle el tercer galardón Puerta de Alcalá, que premia desde 1994 las trayectorias ejemplares desarrolladas por los artistas flamencos en Madrid.Pregunta. Usted nació en una calle de nombre cálido y simbólico. ¿Parecía que los astros querían serle propici...

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Hijo de padres gitanos, de Madrid, El Güito nació en el barrio de Embajadores, donde empezó a bailar de niño en sus fiestas y en sus patios. Vivió la época dorada del flamenco en la capital y recorrió el mundo entero con su fama de gran estilista. Ahora, en plena madurez, un grupo selecto de expertos, críticos y escritores, acaba de otorgarle el tercer galardón Puerta de Alcalá, que premia desde 1994 las trayectorias ejemplares desarrolladas por los artistas flamencos en Madrid.Pregunta. Usted nació en una calle de nombre cálido y simbólico. ¿Parecía que los astros querían serle propicios?

Respuesta. Sí, nací en la calle de Mira el Sol, en el barrio de Embajadores, y la verdad es que la vida no me ha tratado mal.

P. Qué aprendió antes, a bailar o a leer?

R. Creo que a bailar, porque empecé a hacerlo con cuatro años; pero también fui a la escuela, al colegio Emilia Pardo Bazán, del que guardo muy buen recuerdo. Los maestros me querían mucho y me tenían allí casi arrecogío, mi madre era vendedora de lotería y estaba todo el día trabajando fuera de la casa.

P. ¿Cómo era el Madrid de su niñez?

R. Pues mucha hambre y también mucho calor de los vecinos. Yo me lo pasaba muy bien en mi barrio, jugando y bailando; me llamaban para bailar en las fiestas de las corralas, en las fiestas de San Cayetano y La Paloma.

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P. ¿Bailaba por necesidad o por afición?

R. Pienso que por afición, porque fíjese que comencé a bailar con cuatro años de edad, así que tenía que ser por afición.

P. ¿Quién influyó más en su baile?

R. Primero mis maestros, Antonio Marín, madrileño, y, sobre todo, Pilar López, en cuya compañía empecé a trabajar a los 14 años. Y luego todos mis compañeros: Mario Maya, Antonio Gades, Manolete, Alejandro Vega y muchos más. En realidad, aprendíamos los unos de. los otros, porque entonces vivíamos más juntos que ahora.

P. ¿Se siente en el extranjero orgulloso de ser madrileño, o alguna vez ha dicho que era andaluz?

R. ¡Que va, nunca!, yo siempre he estado muy contento con ser gitano y de Madrid. Y, además, ha habido muy buenos artistas flamencos que no han nacido en Andalucía. Mire Carmen Amaya, de Barcelona; Pilar López, de San Sebastián, o El Farruco, también madrileño.

P. ¿Qué representa para usted la distinción que le acaban de conceder?

R. Me hace mucha ilusión, porque es un premio muy importante. Además, ya era, hora de que me dieran algo en mi tierra.

P. Pero usted siempre tuvo el afecto de la afición de Madrid.

R. Es verdad, eso nunca me ha faltado.

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