El Sanse no encuentra su identidad

¿Dónde está el Sanse? ¿Dónde está el equipo que la pasada temporada fue el mejor de los madrileños en Segunda B? Desde luego, el colectivo de jugadores que ayer se enfrentó al Talavera no se parecía ni por asomo al del año pasado. Media plantilla, por no decir casi toda, ha volado, el entrenador ha cambiado, y entre tanto baile, el equipo ha perdido su DNI. El Talavera, sin embargo, dio una lección de cómo plantear un partido al contraataque. Con unas premisas mucho más conservadoras, se llevó por delante al Sanse con orden defensivo, colocación y dosis de talento aportadas por Luengo,
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¿Dónde está el Sanse? ¿Dónde está el equipo que la pasada temporada fue el mejor de los madrileños en Segunda B? Desde luego, el colectivo de jugadores que ayer se enfrentó al Talavera no se parecía ni por asomo al del año pasado. Media plantilla, por no decir casi toda, ha volado, el entrenador ha cambiado, y entre tanto baile, el equipo ha perdido su DNI. El Talavera, sin embargo, dio una lección de cómo plantear un partido al contraataque. Con unas premisas mucho más conservadoras, se llevó por delante al Sanse con orden defensivo, colocación y dosis de talento aportadas por Luengo,

El Talavera se instaló en el campo y se adueñó de él. Los jugadores del Sanse correteaban sin rumbo, en un intento de encontrar un lugar en el que asentarse. No lo hallaron. Una serie de tres errores defensivos encadenados abrió el marcador. Jiménez, tras salvar un balón bajo los palos, introdujo uno al fondo de las mallas. Siete minutos más tarde, Luengo entraba con velocidad en el área y recibía una entrada sancionada con penalti. El partido estaba decidido.

Gallego introdujo cambios en su ataque durante la segunda parte. Para nada. Un disparo de Aguado que Simón sacó bajo los palos fue la ocasión más clara de los sanseros, que encajaron el tanto final en una jugada de fuerza e inspiración de Luengo.