Tribuna:VUELTA 95

El gesto

La etapa ha sido la del gesto de Jalabert, Ha sido muy bonito que dejara ganar al alemán, quien, por otra parte, se, merecía la victoria. después de casi 200 kilómetros escapado. Pero bueno, lo ha podido hacer por estar en las circunstancias en las que está.Se hizo la salida despacio y así fuimos hasta Torremolinos, que es cuando arrancó el mapei con el telekom. Debieron de ir muy rápido porque nosotros íbamos enfilados y cuando quisimos damos cuenta llevaban ya dos minutos de, venta. Y toda vía había gente que seguía arrancando. Así que le hacíamos al trabajo al ONCE. En Sierra ...

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La etapa ha sido la del gesto de Jalabert, Ha sido muy bonito que dejara ganar al alemán, quien, por otra parte, se, merecía la victoria. después de casi 200 kilómetros escapado. Pero bueno, lo ha podido hacer por estar en las circunstancias en las que está.Se hizo la salida despacio y así fuimos hasta Torremolinos, que es cuando arrancó el mapei con el telekom. Debieron de ir muy rápido porque nosotros íbamos enfilados y cuando quisimos damos cuenta llevaban ya dos minutos de, venta. Y toda vía había gente que seguía arrancando. Así que le hacíamos al trabajo al ONCE. En Sierra Nevada. empezó. a moverse la gente. Atacó Montoya y un poco más tarde Clavero, pero nada, con Stephens no hay nada que hacer. Está muy fuerte. El día se resumió en los dos últimos kilómetros: atacó Mauri y luego Bruyneel. Olano fue a por ellos; pero luego dejó irse a Jalabert. Creo que fuimos un poco cobardes. Vamos asustados por temor a que los del ONCE nos machaquen y no hacemos casi nada para ponerles a prueba. Les hemos entregado el manio de la carrera.

Voy notando el paso de los días y me parece que no he recuperado bien estas etap S anteriores. En Sierra Nevada iba bien de respiración y de pulsaciones pero las piernas no me uncinaban. A falta de cinco kilómetros, al ver que no podía seguir el ritmo que había puesto Stephens, decidí seguir al mío propio. Ni siquiera se cuánto he perdido pero estoy contento de todas maneras.

En la carrera estaban mis padres y unos amigos, que habían ido desde mi pueblo, Albalat, con una pancarta. También habían pintado mi nombre en la carretera. Me habría animado bastante leerlas, pero no me he ido cuenta. Sólo he visto a mi padre, Antonio, que fue ciclista y como con Echávarri.

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