17 segundos escalofríantes

Telemadrid y TVE ofrecieron ayer la cogida de Raúl Cañete, tomada en vídeo por un espectador. En las imágenes se aprecia que el muchacho, de 18 años, tropezó, en el centro de la plaza de toros de Parla cuando' era perseguido por la res, la única que en ese momento se encontraba en el ruedo (primera foto). Apenas dos segundos después, el toro empitona al corredor por la zona anal (segunda foto); lo levanta a dos metros de altura, a escasa distancia del burladero, (tercera foto); lo deja caer al suelo cuando ya han transcurrido cuatro segundos, y vuelve a cornearle en el aire repetidas veces (cu...

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Telemadrid y TVE ofrecieron ayer la cogida de Raúl Cañete, tomada en vídeo por un espectador. En las imágenes se aprecia que el muchacho, de 18 años, tropezó, en el centro de la plaza de toros de Parla cuando' era perseguido por la res, la única que en ese momento se encontraba en el ruedo (primera foto). Apenas dos segundos después, el toro empitona al corredor por la zona anal (segunda foto); lo levanta a dos metros de altura, a escasa distancia del burladero, (tercera foto); lo deja caer al suelo cuando ya han transcurrido cuatro segundos, y vuelve a cornearle en el aire repetidas veces (cuarta y quinta fotos). Cuando se precipita al suelo de nuevo, la res le atrapa en la arena y continúa embistiéndole. Esa escena dura nueve segundos. Transcurridos siete de ellos, dos mozos comienzan a tirar del rabo de la res, sin éxito. El doblador aparece por fin (en la última foto se le ve a la derecha, con un capote) cuando se han consumido 14 segundos desde la primera imagen. Al llegar el mozo del capote, el astado se va girando hacia el lado contrario, dando el lomo al doblador. Por ello, éste emplea dos segundos en acercarse a la cara del animal, y un segundo más en llevarse al toro tras de sí, lo que ocurre cuando han transcurrido 17 segundos desde el tropezon, y 15 desde la primera cornada.Para hacerse una idea de lo que duran 15 segundos, un sistema es contarlos despacio en voz alta con un "ciento" delante: "Ciento uno, ciento dos, ciento tres...". Es casi imposible que un diestro profesional pase ese tiempo a merced de un toro, porque la cuadrilla suele impedirlo al instante.

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