Dimiten Villar Mir y seis directivos del Madrid después de plantear un pulso por el poder

Juan Miguel Villar Mir y seis de sus directivos presentaron ayer su dimisión como miembros de la junta del Real Madrid al término de una reunión que duró varias horas. Dicha reunión era continuación de otra que comenzó el miércoles por la tarde. Los hombres de Villar Mir justifican su decisión porque la junta no aceptó dos propuestas: la destitución del gerente del club y la venta de la Esquina del Bernabéu. El fondo de la cuestión estaba, sin embargo, en otro punto, como era un desacuerdo radical con las cuentas presentadas por el equipo económico de Villar Mir.

Villar Mir había presen...

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Juan Miguel Villar Mir y seis de sus directivos presentaron ayer su dimisión como miembros de la junta del Real Madrid al término de una reunión que duró varias horas. Dicha reunión era continuación de otra que comenzó el miércoles por la tarde. Los hombres de Villar Mir justifican su decisión porque la junta no aceptó dos propuestas: la destitución del gerente del club y la venta de la Esquina del Bernabéu. El fondo de la cuestión estaba, sin embargo, en otro punto, como era un desacuerdo radical con las cuentas presentadas por el equipo económico de Villar Mir.

Villar Mir había presentado unas cuentas que cifraban las pérdidas del ejercicio en casi 2.000 millones de pesetas, además de un presupuesto para e año que viene superior a los 10.500 millones. Ello significaba que cada miembro de la junta directiva, de acuerdo a la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas, debería avalar, antes! del próximo 31 de julio, una cantidad cercana a los 120 millones de pesetas.Buena parte de la directiva, los hombres afines a Mendoza no estaban de acuerdo con las cuentas de Villar Mir. La opinión de una buena parte de la junta era la de que Villar MIr trataba de aumentar su cuota de poder a sabiendas de que varios directivos no estaban dispuestos a avalar grandes cantidades. El Madrid, para aclarar la cuestión, ha solicitado a la Liga que audite las cuentas del club, además de notificarle las maniobras del dimitido vicepresidente. Alguno de los directivos incluso apuntaba la posibilidad de presentar una querella contra Villar Mir por su actuación en el asunto de las cuentas.

Según uno de los 13 directivos que continúan, Villar Mir les había engañado y decepcionado. Decía a los directivos que no se preocuparan, que sólo tendrían que, avalar 600 millones de pesetas, cuando en realidad presentó unas cuentas por las que tendrían que garantizar 2.800 millones. Todos sus movimientos no eran más que los de una trama para intentar quedarse con el club mediante la artimaña de aumentar artificialmente la deuda. Eso supondría que buena parte de los directivos no podrían asumir unos avales de muchos millones, oportunidad que aprovecharían Villar Mir y los suyos para tomar el control económico. "Hablar de intento de golpe de Estado es absurdo", declaró otro directivo, el vicepresidente Lorenzo Sanz. "El Madrid, como casi todos, es un club presidencialista, por lo que lograrlo sería difícil. Pero ha habido una serie de maniobras extrañas que indican que Villar Mir tramaba algo, quedarse con el club".

Ramón Mendoza lo sabía, dice otro de sus directivos. El presidente del Madrid llevaba un mes a la espera de que Villar Mir efectuara algún movimiento. Hace poco, Villar Mir dejó entrever sus intenciones. Según estas fuentes habló con Mendoza y le dijo que estaba dispuesto a avalar 3.000 millones de pesetas sí lo garantizaba la presidencia para la próxima temporada. Villar Mir le pide entonces a Mendoza dos documentos: uno en el que le garantice la confidencialidad de un préstamo de 900 millones de pesetas, gestionado por él y su empresa ante el Banco Santander y que le supone un diferencial a su favor de cinco millones de pesetas; y otro documento en el que le garantice la presidencia a cambio del aval de 3.000 millones.

La maniobra estaba neutralizada y el asunto de los avales resuelto, por lo que el golpista, según los directivos que permanecen, quedaba desarmado de: entrada. Mendoza y los suyos; estaban esperando el pulso con la seguridad de ganárselo.

La gestión económica del vicepresidente, quien arrancó a Mendoza el compromiso de dejarle plena competencia en esa materia, había empezado a ser muy discutida. Villar Mir se había comprometido, durante la campaña electoral, a conseguir con carácter inmediato una línea de crédito de 3.000 millones que aliviase las tensiones de tesorería del club. La promesa nunca se cumplió y la línea de crédito se limitó a poco más de mil millones.

Desde ese momento, comenzó a vivirse un claro distanciamiento entre los hombres que Villar Mir había colocado en la junta y los que eran fieles a Mendoza. La política de fichajes terminó siendo afectada por este conflicto, puesto que Villar

Mir insistía una y otra vez más en plantear una política de máxima austeridad. Hace unas semanas, el vicepresidente organizó una cena en su domicilio con la junta directiva. Sorprendió el detalle de la ausencia tanto de Ramón Mendoza como de Lorenzo Sanz, ambos ausentes de Madrid aquel día por motivos particulares. A oídos de los propios jugadores llega ba la tensión entre los directivos y se hablaba de que Villar Mir trataba de tomar amplias cuotas de poder en el club. Al gunos directivos hablaban, in cluso, de que Villar Mir preparaba "un golpe de Estado" den tro de la directiva del club.

El miércoles se produjo una reunión de la junta cuyo orden del día era la aprobación de las cuentas del ejercicio. Se había filtrado para entonces que las pérdidas alcanzarían los 1.400 millones porque el equipo de Villar Mir era partidario de presentar "la situación real". En realidad, Villar Mir llevaba las pérdidas hasta casi los 2.000 millones, cifra en la que no estaban de acuerdo muchos directivos. La tensión era evidente, porque, en el fondo del asunto, estaba la evidencia de que, ante una contabilidad tan negativa, los directivos deberían avalar por una fuerte cantidad. La reunión no Finalizó el miércoles y se aplazó al jueves.

Para entonces, algunos miembros afines a Mendoza especulaban con que Villar Mir -trataría de dar un golpe de efecto. Presentaría las mismas cuentas que el miércoles, pero con un aval de 2.000 millones en su mano. Permitir que Villar Mir y su equipo avalasen por toda la junta directiva era considerado como inadmisible por quienes no formaban parte de su grupo. Por el contrario, había quienes pensaban que Mendoza se guardaba alguna solución y que había que esperar a la junta del jueves.

Ayer, Villar Mir, planteó un pulso. Puso dos propuestas sobre la mesa y advirtió de que, de no salir adelante, dimitirían él y sus directivos. La reunión había comenzado pasadas las cuatro de la tarde. A las seis y cuarto, Villar Mir y sus hombres abandonaban la sala de juntas del club. A las siete y medía era oficial que la junta del Madrid perdía a siete componentes. Villar Mir se negó, entre tanto, a firmar las cuentas que había presentado. No hubo declaración por su parte.

Un portavoz del club se limitó a decir que las dos propuestas de Villar Mir no aceptadas por la mayoría eran la destitución del gerente, Manuel Fernández Trigo, y la venta de la Esquina del Bernabéu.Ataques a Trigo

Los movimientos de Villar Mir en la última junta fueron claramente ofensivos, según un testigo. Su estrategia fue la de atacar al gerente, Fernández Trigo, poniéndole en el disparadero bajo la acusación de corrupción. Pero se encontró con una defensa muy ordenada que no le permitió ningún resquicio.

Ramón Mendoza dejó sus explicaciones para el próximo lunes, el mismo día en que se acaba el plazo para presentar los avales ante la Liga. "Que no se preocupe el madridismo", anunció Sanz. "Presentaremos las garantías sin ningún tipo de problema. Y presentaremos también las cuentas de Villar Mir, aunque no las haya firmado. No tenemos por qué no fiarnos de que están bien. Las asumimos y se presentarán".

La Junta del Real Madrid queda ahora formada por 13 directivos. Junto a Villar Mir dimitieron Luis Blasco, actual tesorero, Francisco Sarasola (contable), Emilio Izquierdo, Juan Carlos Fierro, José Luis García Villalba y Tomás Gaytán de Ayala.

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