TORNEO DE WIMBLEDON

La hierba también es española

Conchita Martínez, que defiende su título, y Arantxa Sánchez son, junto a Graf, las grandes aspirantes al triunfo

La leyenda de que la hierba es para las vacas ha pasado a la historia. A los tenistas españoles les costó mucho tiempo comprender que Wimbledon era algo más que una alfombra verde, bastante irregular, rodeada de incomodidades. Manuel Santana, el primer campeón español de la la historia, lo entendió con presteza y renunció incluso a jugar en Roland Garros algunos de sus mejores años para preparar a fondo su asalto a la catedral del tenis mundial. Conchita Martínez lo descubrió el año pasado cuando se convirtió en la primera campeona española de la historia. Y Arantxa Sánchez hace tiempo que lo ...

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La leyenda de que la hierba es para las vacas ha pasado a la historia. A los tenistas españoles les costó mucho tiempo comprender que Wimbledon era algo más que una alfombra verde, bastante irregular, rodeada de incomodidades. Manuel Santana, el primer campeón español de la la historia, lo entendió con presteza y renunció incluso a jugar en Roland Garros algunos de sus mejores años para preparar a fondo su asalto a la catedral del tenis mundial. Conchita Martínez lo descubrió el año pasado cuando se convirtió en la primera campeona española de la historia. Y Arantxa Sánchez hace tiempo que lo sabe y lucha cada temporada para inscribir su nombre en el palmarés de la prueba individual. Este año, nueve españoles tomarán la salida. Pero sólo Conchita y Arantxa tienen opciones reales de ganar. Si la lógica se impone deben enfrentarse en una de las semifinales. La ausencia de Sergi Bruguera por lesión deja huérfano el cuadro masculino.Hace algunos años, la hierba era un tormento. Ni siquiera Manuel Orantes, que llegó a disputar las semifinales, se sentía cómodo en Wimbledon. Para el resto de jugadores, cuando se acercaba el mes de julio se iniciaba también un calvario. En España nadie quería acercarse ni por asomo a la catedral. Existía pavor. Durante algunos años, entre finales de los setenta y entrados los ochenta las participaciones españolas siempre fueron escasas o nulas. Pero Emilio Sánchez rompió esta dinámica cuando alcanzó los octavos de final en 1987.

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Fue un hecho que hizo comprender algo a los demás: si Emilio, con su tipo de juego, puede hacerlo, ¿por qué no nosotros? Y algunos españoles se lanzaron al vacío y comprobaron que, tomado con paciencia, con optimismo y con muchas dosis de adrenalina, Wimbledon podía incluso resultar divertido. Sin embargo, el lanzamiento definitivo llegó unos años más tarde, cuando Arantxa y Conchita entraron en la élite del tenis mundial. A partir de aquel momento, en la hierba ya no sólo se podía jugar al tenis, sino que también se podía ganar.

Hasta que Conchita lo consiguió el año pasado, Sergi Bruguera descubrió que también tenía sus opciones en Wimbledon, Burillo, Carbonell, Carlos Costa y, Corretja se dieron cuenta de que la hierba no se le daba tan mal; y todos comprendieron que estar en la catedral era un privilegio al que no podían renunciar. Gracias a todo ello la mentalidad ha cambiado.

Y ahora, un veterano semifinalista de Wimbledon en 1970 como Andrés Gimeno puede permitirse el lujo de opinar que dos jugadoras españolas tienen muchas opciones de ganar el torneo. "Creo firmemente en las posibilidades de Conchita", confiesa., "La cuestión es comprobar cómo la afectará el hecho de saber que tiene que defender el título. Pero creo que está jugando el mejor tenis de su vida. Creo que tanto ella como Arantxa pueden ser campeonas. En realidad, hay solamente tres jugadoras que centran todas las expectativas femeninas, por este orden: Graf, Conchita y Arantxa".

Eso no es nada nuevo. Pero es importante que ni siquiera la hierba rompa ese triunvirato. Y que las mismas jugadoras tengan conciencia de que romperlo no será fácil. Ni siquiera para la vigente campeona del Open de Australia, Mary Pierce, cuya irregularidad la llevó a perder en octavos de final de, Roland Garros ante la croáta Iva Majoli.

Para las tres el título de Winibledon es el objetivo fundamental de la temporada. Conchita tiene las armas afiladas y está dispuesta a arañar para salir campeona. Pero esas mismas armas no le bastaron para ganar en Roland Garros. La presencia de Graf en semifinales la colapsó y la convirtió en una mediocridad hasta que despertó cuando el encuentro estaba casi decidido. En aquellos momentos demostró su calidad real, la que la llevó a ser campeona de Wimbledon. Pero en su camino no se cruzaron ni Arantxa, ni Graf, algo previsible este año.

La alemana llega a Wimbledon en un increíble momento. Ha ganado en Roland Garros y no conoce la derrota en lo que lleva de temporada. Ha jugado cinco torneos y los ha ganado todos. Además, es la que posee me jor servicio de las tres y mejor volea, y domina con claridad en sus enfrentamientos personales: 11 victorias por 1 derrota ante Conchita; y 25-8 con Arantxa. "Pero eso cuenta sólo relativamente" , indica Elvira Vázquez, una de las, personas que mejor conoce a las dos tenistas españolas. "Conchita y Arantxa pueden ganarla en Wimbledon. Creo que ambas están en un momento óptimo para hacerlo". Estas expectativas caen en picado al analizar el resto de españoles participantes. El propio Gimeno les da pocas opciones. "Entre ellas y los demás hay un gran salto cuando juegan sobre hierba. En tierra, Bruguera y Berasategúi ya lo han igualado", dice. En Wimbledon, las posibilidades de los dos son menos. Y este año nulas, puesto que ambos se retiraron por distintas lesiones días antes del inicio. Los demás, Tomás Carbonell, Jordi Burillo, Alex López-Morón Emilio Álvarez y óscar Martínez es difícil que logren llegar muy lejos: chocan contra cabezas de serie en las primeras rondas. Y Neus Ávila y Virginia Ruano tienen unas expectativas similares. Pero lo importante es que todos ellos hayan decidido jugársela en la hierba.

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