TORNEO DE WIMBLEDON

Cambio de referentes

La historia modifica las cosas y las actitudes. Lo que ayer parecía intocable hoy se plantea como algo superado. En tenis esta teoría es válida y aplicable. La victoria de Conchita el año pasado en Wimbledon dejó en segundo término el único punto de referencia femenino que existía en el tenis español: las tres finales históricas de Lilí Álvarez los años 1926, 1927 y 1928.En realidad, quedaban tan lejos que la cita había sido incluso demasiado trillada. La presencia de Arantxa y Conchita fue anulando todos los hitos marcados por aquella legendaria tenista Primero fue el triunfo de Arantxa en Ro...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La historia modifica las cosas y las actitudes. Lo que ayer parecía intocable hoy se plantea como algo superado. En tenis esta teoría es válida y aplicable. La victoria de Conchita el año pasado en Wimbledon dejó en segundo término el único punto de referencia femenino que existía en el tenis español: las tres finales históricas de Lilí Álvarez los años 1926, 1927 y 1928.En realidad, quedaban tan lejos que la cita había sido incluso demasiado trillada. La presencia de Arantxa y Conchita fue anulando todos los hitos marcados por aquella legendaria tenista Primero fue el triunfo de Arantxa en Roland Garros, en 1989, el que impidió a Álvarez ser la, única española en una final del Grand Slam. Des pués llegó el segundo título de Arantxa en Paris, el de Conchita en Wimbledon y el de Arantxa en el Open de EE UU.Algunos referentes masculinos también han cambiado en España. Sergi Bruguera es el último al que mencionar en relación con Roland Garros, básicamente por haber ganado el torneo dos veces consecutivas. Pero en Winibledon Manuel Santana sigue sin encontrar parangón. Su título de 1966 resiste vientos y tempestades. Y aparece todavía como algo intocable. Tan inaccesible como el título junior de Manuel Orantes en 1967.

Más información

Archivado En