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Más contrarreloj

Induráin recupera terreno frente a 1994. Es su terreno de conquista, la contrarreloj. Hace un año disponía de 66 kilómetros para abastecerse de minutos. Para este año, su margen de maniobra se amplía a 100 (la 8ª etapa, de 54 kilómetros, y la 19ª, de 46). Salvo el caso singular de 1989, cuando LeMond arrebató el triunfo, final a Fignon en la contrarreloj celebrada en París, la última prueba contra el crono suele celebrarse con el Tour sentenciado.En principio, será la prueba por equipos la que inspire menos confianza en el equipo Banesto. Más que nada, porque el Banesto nunca se ha considerado...

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Induráin recupera terreno frente a 1994. Es su terreno de conquista, la contrarreloj. Hace un año disponía de 66 kilómetros para abastecerse de minutos. Para este año, su margen de maniobra se amplía a 100 (la 8ª etapa, de 54 kilómetros, y la 19ª, de 46). Salvo el caso singular de 1989, cuando LeMond arrebató el triunfo, final a Fignon en la contrarreloj celebrada en París, la última prueba contra el crono suele celebrarse con el Tour sentenciado.En principio, será la prueba por equipos la que inspire menos confianza en el equipo Banesto. Más que nada, porque el Banesto nunca se ha considerado un equipo especialista ante holandeses y, ahora mismo, italianos. La experiencia demuestra que, entre los buenos equipos, las diferencias son pequeñas.

Más información

Las pruebas contra el crono se completan con la clásica prólogo, sobre 7 kilómetros, una jornada que cuenta con un nuevo especialista: Boardman.

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