TENIS: ROLAND GARROS

Steffi ya no es la mujer de hielo

Steffi Graf ha cambiado. Algo le está ocurriendo a la última de las grandes campeonas del tenis femenino mundial, cuando delante de 18.000 personas fue capaz de demostrar que también ella tiene sentimientos. Sus lágrimas en la central de Roland Garros momentos después de recoger su trofeo de campeona no son un gesto habitual en ella. Al contrario, la alemana ha pasado la mayor parte de su carrera tenística aparentando ser feliz y muy fuerte. Sin embargo, también ella es vulnerable. Recientemente, declaró a una revista francesa que durante muchos años no quiso tener amigos, pero que ahora los n...

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Steffi Graf ha cambiado. Algo le está ocurriendo a la última de las grandes campeonas del tenis femenino mundial, cuando delante de 18.000 personas fue capaz de demostrar que también ella tiene sentimientos. Sus lágrimas en la central de Roland Garros momentos después de recoger su trofeo de campeona no son un gesto habitual en ella. Al contrario, la alemana ha pasado la mayor parte de su carrera tenística aparentando ser feliz y muy fuerte. Sin embargo, también ella es vulnerable. Recientemente, declaró a una revista francesa que durante muchos años no quiso tener amigos, pero que ahora los necesita.En París, Graf mostró una nueva imagen de sí misma. Se la vio concentrada en la pista, como habitualmente, pero, en cambio, fuera de ella era más libre. Acudió a la conferencia de prensa posterior a su victoria sobre Arantxa con el pelo suelto y con una cara sonriente. Incluso se permitió bromear con los periodistas que la acribillaban a preguntas.

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"Ahora soy más abierta", confiesa la tenista. "Soy una persona que ha perdido de vista a los amigos de la infancia. Siempre he estado rodeada de gente mayor que yo. Incluso durante años no quise tener amigos. Pero ahora los necesito, ahora me falta tiempo para dedicarles".

"No sé qué ocurrirá con mi carrera en el futuro", dice Graf, refiriéndose a una lesión en la espalda que la ha obligado a utilizar un fuerte vendaje y a reducir drásticamente sus participaciones en torneos. "Espero poder seguir jugando. Ahora me siento bien en mi propio papel. Acepto mejor los compromisos propios de ser una número uno".

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