FUTBOL SEGUNDA DIVISIÓN

El corazón del Leganés se para

El Badajoz deja al equipo, de Luis Angel Duque a un paso de Segunda B

CARLOS MARCOS El corazón del Leganés, culpable del devenir del equipo en estas dos últimas temporadas, a falta de la calidad, se paró ayer. Allí quedó el corazón madrileño en su propio campo, sin aire, sin la sangre necesaria para aguantar una temporada más en Segunda. Y el aficionado fiel siguió con la mirada triste su lenta agonía. Al final, la despedida fue amarga: "Nos vemos en Segunda B". El Badajoz dejó al Leganés a un paso del descenso. Sólo una carambola milagrosa puede salvar a los de Luis Ángel Duque: que el Extremadura y el Palamós pierdan los tres partidos que quedan y que el Legan...

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CARLOS MARCOS El corazón del Leganés, culpable del devenir del equipo en estas dos últimas temporadas, a falta de la calidad, se paró ayer. Allí quedó el corazón madrileño en su propio campo, sin aire, sin la sangre necesaria para aguantar una temporada más en Segunda. Y el aficionado fiel siguió con la mirada triste su lenta agonía. Al final, la despedida fue amarga: "Nos vemos en Segunda B". El Badajoz dejó al Leganés a un paso del descenso. Sólo una carambola milagrosa puede salvar a los de Luis Ángel Duque: que el Extremadura y el Palamós pierdan los tres partidos que quedan y que el Leganés los gane.

La otra cara es el Badajoz que con esta victoria da un gran paso para conservar la categoría. La machada de Duque en la víspera ("el Badajoz no se lleva los puntos ni con los geos") no sirvió para incentivar a unos jugadores que salieron con cara de Segunda B. Al aficionado madrileño le cuesta asimilar cómo un equipo, el suyo, que se jugaba tanto, hizo tan poco.

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El Badajoz sorprendió a los madrileños con un juego ambicioso. Se esperaba Luis Ángel Duque un contrario agazapado y defensivo, compIaciente con el empate. Fue un error. Los extremeños salieron al ataque, para garantizar su permanencia en este partido.

La ambición visitante no encontró oponente. La desesperación del cuadro local se plasmó en el campo con continuas discusiones entre los jugadores pepineros. Tan sólo las faltas lanzadas por Andrés llevaron el balón a las inmediaciones de Lozano. A unos segundos delfinal del primer tiempo llegó la sentencia para los madrileños. El precioso gol de De Paula puso a los pepineros en Segunda B. Faltaba toda la segunda mitad, 45 minutos para hacer dos goles, pero aquello no tenía arreglo. Luis Ángel Duque, en un gesto significativo de lo que le esperaba a su equipo, permaneció casi todo el segundo periodo sentado en el banquillo, agazapado ante un futuro muy gris.

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