El Unicaja da el primer golpe en Barcelona

Inapelable. El Unicaja se agarró a la final con un descaro que disipó el menor asomo de escepticismo en torno a su iniciático viaje. Su baloncesto es tan capaz de enamorar como de poner del revés el santuario de un equipo tan favorito y lujoso como el Barcelona. Así lo demostró ayer en un compromiso de altos y desconocidos vuelos para él.Juegan rápido, juegan duro, no tienen complejos y son letales. Hay final. Babkov es incontrolable. Lo fue ayer para Crowder y Jiménez. Miller impresiona bajo los aros, dice no tenerle miedo ni a Sabonis, y a fe que habrá que creerle. Ansley asegura ser el mejo...

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Inapelable. El Unicaja se agarró a la final con un descaro que disipó el menor asomo de escepticismo en torno a su iniciático viaje. Su baloncesto es tan capaz de enamorar como de poner del revés el santuario de un equipo tan favorito y lujoso como el Barcelona. Así lo demostró ayer en un compromiso de altos y desconocidos vuelos para él.Juegan rápido, juegan duro, no tienen complejos y son letales. Hay final. Babkov es incontrolable. Lo fue ayer para Crowder y Jiménez. Miller impresiona bajo los aros, dice no tenerle miedo ni a Sabonis, y a fe que habrá que creerle. Ansley asegura ser el mejor 4 de Europa. Tal vez exagera. Pero redujo los daños de Middleton a proporciones discretas. Rodríguez no está lejos de los mejores bases españoles de los últimos tiempos. Se encuentra a gusto con la velocidad de crucero que le exige su técnico Javier Imbroda y distribuye el balón de tal manera que, a poco que cooperen sus compañeros, surgen dos, tres posiciones idóneas para el lanzamiento. Sus reservas -Reyes, Ruiz y Ávalos- no poseen el talento de los titulares pero aportaron puntos y rebotes y mantuvieron el ritmo. Todo ello adobado por una inteligente dirección de Imbroda -lúcido en la elección de los momentos para ordenar una defensa mixta y las sustituciones-.

El partido perteneció al Unicaja. No hubo momento en que el Barcelona encontrara por donde meter el cuchillo. Se estrelló contra la defensa hiperactiva y de anticipación de los malagueños. No encontró canasta, ni posiciones francas para el tiro. Eso en ataque. En defensa, los azulgrana trataron de negarles las posiciones de tiro a Miller y Ansley. Empezaron haciéndoles dos contra uno pero tuvieron que claudicar. Cada balón retrasado de los pivots americanos suponía ejecuciones sumariales por parte de Babkov, Rodríguez, Bosch o Ruiz. No importaba quién, todos se apuntaban a la fiesta. El Unicaja sólo pasó un pequeño bache. Pero fue sencillamente superior, sin paliativo alguno. Unicaja dio el primer, gran e inesperado golpe de la serie.

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