Cartas al director

Lo que dejamos atrás

Durante nuestra vida, muchas cosas se han quedado en la cuneta: muchos lugares, personas y situaciones pasadas nos vienen a la memoria cuando nuevamente volvemos a revivirlas, como, por ejemplo, volver al pueblo donde nacimos, o volverse a encontrar con los compañeros del bachillerato, o volver a ver a la antigua novia casada y empujando un carrito con su hijo dentro, el que pudo ser tu hijo.Todo eso pasó y ya no vale la pena volver la cabeza atrás a recordar los momentos vividos; el mundo se mueve aunque nosotros nos paremos, el tiempo pasa aunque nosotros no queramos y la gente cambia aunque...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Durante nuestra vida, muchas cosas se han quedado en la cuneta: muchos lugares, personas y situaciones pasadas nos vienen a la memoria cuando nuevamente volvemos a revivirlas, como, por ejemplo, volver al pueblo donde nacimos, o volverse a encontrar con los compañeros del bachillerato, o volver a ver a la antigua novia casada y empujando un carrito con su hijo dentro, el que pudo ser tu hijo.Todo eso pasó y ya no vale la pena volver la cabeza atrás a recordar los momentos vividos; el mundo se mueve aunque nosotros nos paremos, el tiempo pasa aunque nosotros no queramos y la gente cambia aunque nosotros no lo deseemos. No hay que mirar atrás, sino hacia el horizonte, y prepararnos para lo que venga, para vivir nuevas sensaciones en nuevas ciudades, con nuevos amigos y con otros amores en la cabeza, y no vivir en el pasado, en lo que pudo ser y no fue. Todo se olvida y es mejor coger otro tren y continuar el camino hacia otras tierras que quedarse en la estación viendo pasar a otros que sí tuvieron la fuerza para continuar.

Es mejor arriesgarse y alejarse que quedarse y esperar a que nos coja la muerte.-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En