Entrevista:

"Los actores de La Abadía tendrán el sello de Madrid"

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Dice que la vida ha sido generosa con él, y, la verdad, es una declaración que resulta prematura en este hombre de la escena que no ha llegado a los 55 años. Pero es que ha hecho de todo delante y detrás de la cámara, tanto en cine como en teatro, en producción y en dirección. Pero, ¡ay!, le faltaba hacer lo que hace en la actualidad con auténtica devoción: dirigir todo un experimento teatral en Madrid, La Abadía: un centro para actores donde se combinan a partes iguales la exhibición con el entrenamiento. No más de 14 afortunados actores "que aceptan unas reglas del juego", aprov...

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Dice que la vida ha sido generosa con él, y, la verdad, es una declaración que resulta prematura en este hombre de la escena que no ha llegado a los 55 años. Pero es que ha hecho de todo delante y detrás de la cámara, tanto en cine como en teatro, en producción y en dirección. Pero, ¡ay!, le faltaba hacer lo que hace en la actualidad con auténtica devoción: dirigir todo un experimento teatral en Madrid, La Abadía: un centro para actores donde se combinan a partes iguales la exhibición con el entrenamiento. No más de 14 afortunados actores "que aceptan unas reglas del juego", aprovechan el tiempo de tal manera que pueden aprender y presumir de lo aprendido en el mismo chasquido de dedos, porque de sus clases pasan a la práctica llevando a escena obras con las que pavonear directamente sus esfuerzos. Y detrás del embrollo, y de la idea del embrollo, está José Luis Gómez. La Abadía, cerca de cumplir los primeros tres meses de vida, se lanza ya con la segunda de sus obras prevista en este primer ciclo dedicado al dinero. Tras El retablo de la lujuria, la avaricia y la muerte, de Valle-Inclán, ya llega Castillos en el aire, de Fermín Cabal.

Pregunta. ¿Cómo funciona la experiencia?

Respuesta. Si la ocupación normal de los teatros en Madrid es del 30%, nosotros con Valle-Inclán conseguimos un 75%, y eso que ninguno de los actores es famoso. También influye que Valle es divertido; yo quiero que el teatro de La Abadía siempre sea de fiesta, que no divertido.

P... aunque ahora Fermín Cabal, con Castillos en el aire, habla de corrupción y política, y eso no es que sea una fiesta precisamente.

R. Pero es un texto contemporáneo y es bueno, que haya textos de ayer y de hoy. Pretendo que La Abadía intervenga muy directamente en la vida social.

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P. ¿En la vida social de Madrid?

R. Sí, que las obras representadas tengan que ver con lo que habla la gente. También quiero crear raigambre en Chamberí; antes de cada estreno, invitamos a los niños del barrio y a las asociaciones de vecinos.

P. ¿Hay talento en esta ciudad?

R. El español está especialmente dotado para lo expresivo, pero el talento sólo constituye el 15%; el resto es formación, trabajo y hacer un buen uso del castellano. No me importa que al hablar se tengan vicios locales porque yo me oriento por fonemas.

P. Pero la personalidad del lenguaje en Madrid es aséptica, falta de identidad, ¿no?

R. Sí, es aséptico pero aquí se da una buena articulación, claridad del sentido, y el lenguaje es expresivo y eficaz. Los actores de La Abadía lo serán con el sello de Madrid.

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