Indio, negro, asiático y blanco, la nueva estrella

Quizás el partido de Olazábal sea el que más sigan hoy las cámaras de la CBS, la cadena que tiene la exclusiva del Masters. Lo tiene todo: el horario estelar, el campeón del año anterior y, por si fuera poco, la estrella americana. Un tigre de madera. El lanzamiento de este año en cuestión se llama Eldrick Tiger Woods, tiene 19 años y aún no es profesional. Cumple todas las condiciones de lo políticamente correcto y, además, es afroamericano. No le gusta que digan que es negro -"Soy indio(1 / 8), negro (1 / 4), asiático (1 / 4 chino y 1 / 4 tailandés) y blanco (1 / 8)", d...

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Quizás el partido de Olazábal sea el que más sigan hoy las cámaras de la CBS, la cadena que tiene la exclusiva del Masters. Lo tiene todo: el horario estelar, el campeón del año anterior y, por si fuera poco, la estrella americana. Un tigre de madera. El lanzamiento de este año en cuestión se llama Eldrick Tiger Woods, tiene 19 años y aún no es profesional. Cumple todas las condiciones de lo políticamente correcto y, además, es afroamericano. No le gusta que digan que es negro -"Soy indio(1 / 8), negro (1 / 4), asiático (1 / 4 chino y 1 / 4 tailandés) y blanco (1 / 8)", dice. "O sea que es una injusticia hacia todas mis herencias individualizarme como negro. No es justo"-, pero como tal figura en las estadísticas que le señalan como el primer afroamericano en jugar el Masters desde que Jim Thorpe lo hiciera en 1988. Y además juega bien al golf. "Es el mejor aficionado desde los tiempos de Jack Nicklaus", dicen sus publicistas.

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Bryant 'El sucio'. Le llaman el sucio a Brad Bryant y éste, un veterano de 40 años que aún no ha ganado ningún torneo y debuta en el Masters, parece a gusto con tan dudoso apodo y, encima, no se calla. Le gusta el papel de peligro público. "Soy tan antiabortista" dice, "que creo que los que se apuestan con un rifle en la mano ante las clínicas donde se practican abortos se quedan cortos". Otras perlas le definen.

Los 40 de Arnold Palmer. Lágrimas de emoción corrieron el martes por Augusta cuando un golfista vivo, el primero desde 1958, recibió el homenaje de un club que tiene la exclusiva de dar barniz aristocrático a sus gestos. Arnold Palmer jugará a partir de hoy su 41º Masters, una cita a la que no ha faltado desde 1955 y en la que se ha impuesto cuatro veces.

Garantía de longevidad. Ballesteros y Olazábal pueden estar seguros de que vivivirán muchos años. Por lo menos hasta ahora una victoria en el Masters es una garantía de longevidad. Sólo tres de los ganadores del Masters han muerto, y todos en edad provecta. Gene Sarazen es el vivo más viejo. A los 93 años aún se pasea por el campo y hoy dará el golpe de salida al Masters 95.

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