FUTBOL PRIMERA DIVISION

El miedo a perder domina el partido de Balaídos

La mala clasificación del Celta y la relajación del Zaragoza condicionaron un partido en el que nadie se decidió a intentar ganar por miedo a perder. En Balaídos el peso de los negativos comienza a ser asfixiante para un equipo que ha perdido en dos meses desastrosos todo el crédito que obtuvo en la primera vuelta. Ayer volvió a estar muy cerca de la derrota. La escasa puntería de los delanteros del Zaragoza hizo que el empate final sea lo menos malo que pudo sucederle al Celta. Un equipo que apenas tira a puerta sólo puede esperar que la suerte impida a su rival marcar. Sólo en los últimos mi...

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La mala clasificación del Celta y la relajación del Zaragoza condicionaron un partido en el que nadie se decidió a intentar ganar por miedo a perder. En Balaídos el peso de los negativos comienza a ser asfixiante para un equipo que ha perdido en dos meses desastrosos todo el crédito que obtuvo en la primera vuelta. Ayer volvió a estar muy cerca de la derrota. La escasa puntería de los delanteros del Zaragoza hizo que el empate final sea lo menos malo que pudo sucederle al Celta. Un equipo que apenas tira a puerta sólo puede esperar que la suerte impida a su rival marcar. Sólo en los últimos minutos la fuerza de la desesperación hizo que el Celta presionara, pero ni siquiera entonces creó ocasiones de peligro.El Zaragoza se tomó el partido como un respiro después de su clasificación europea. Las, bajas que afectaban inicialmente a la columna vertebral del, equipo -Aguado, Aragón e Higuera- no fueron obstáculo para que pronto tomara el mando del partido. Pero se debía más a la falta de iniciativa del Celta que a su propio empuje. Casi sin darse cuenta a los aragoneses les fueron llegando las oportunidades. Pardeza y Esnáider tuvieron el gol muy cerca. Seguramente la falta de tensión hizo que fallara cuando lo más fácil era marcar.

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Mientras, el Celta se limitaba a seguir de cerca el juego de su rival. La baja de Gudeloj hizo que la ya escasa artillería céltica quedase reducida a la nada. El 0-0 estaba cantado.

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