Conductor y víctima miraban en dirección opuesta en la tragedia de la hormigonera

Dos miradas en sentido opuesto trazaron el pasado martes por la tarde un horizonte trágico: el de un abuelo y su nieta, arrollados por una hormigonera en el cruce de la calle de Ayala con la del Príncipe de Vergara. La reconstrucción policial establece, según fuentes cercanas al caso, que el conductor del camión salió de la obra del colegio del Pilar mirando a la izquierda para prevenir la llegada de vehículos desde la calle de Ayala. Pero en la maniobra tapó la visión del operario que, a la izquierda del camión, controlaba la salida. Asimismo, el conductor dejó su flanco derecho descuidado. T...

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Dos miradas en sentido opuesto trazaron el pasado martes por la tarde un horizonte trágico: el de un abuelo y su nieta, arrollados por una hormigonera en el cruce de la calle de Ayala con la del Príncipe de Vergara. La reconstrucción policial establece, según fuentes cercanas al caso, que el conductor del camión salió de la obra del colegio del Pilar mirando a la izquierda para prevenir la llegada de vehículos desde la calle de Ayala. Pero en la maniobra tapó la visión del operario que, a la izquierda del camión, controlaba la salida. Asimismo, el conductor dejó su flanco derecho descuidado. Trágicamente. Por ese lado, llegaba Alfonso Armenteros, de 64 años, con sus nietos Silva Chillón, de tres, y Alejandro Gutiérrez, de cuatro. Iban camino del colegio Nuestra Señora de Loreto.El hombre procedía de los números impares de la calle del Príncipe de Vergara y se dirigía a los pares. Atravesó, siempre según la citada reconstrucción de la policía, en diagonal el cruce, fuera del paso de peatones el semáforo posiblemente en verde para los coches. Miraba a su derecha. Y el camionero a su izquierda. Cada uno hacia un lado opuesto. A las 14.55, la hormigónera; con un peso en vacío de 12 toneladas, aplastó al abuelo y a su nieta. Murieron en el acto. Alejandro se salvó.

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