Ballesteros y Olazabal sacrifican el circuito europeo por el Masters

Es año de Ryder, pero antes está Augusta. La imagen de Olazábal poniendo la chaqueta verde a Ballesteros se le ha aparecido al cántabro en algún sueño, igual que al vasco se le habrá materializado la imagen congelada de él mismo poniéndose de nuevo la chaqueta. Todo por Augusta es su lema. Así que hasta la primera semana de abril poco se les verá por Europa. Un duro golpe para el circuito europeo, que este fin de semana, en Canarias, toca suelo dentro de las fronteras de la Unión.

En Maspalomas se verá a Ballesteros -su empresa organiza el torneo- pero no a Olazábal. El vasco, antes de ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Es año de Ryder, pero antes está Augusta. La imagen de Olazábal poniendo la chaqueta verde a Ballesteros se le ha aparecido al cántabro en algún sueño, igual que al vasco se le habrá materializado la imagen congelada de él mismo poniéndose de nuevo la chaqueta. Todo por Augusta es su lema. Así que hasta la primera semana de abril poco se les verá por Europa. Un duro golpe para el circuito europeo, que este fin de semana, en Canarias, toca suelo dentro de las fronteras de la Unión.

En Maspalomas se verá a Ballesteros -su empresa organiza el torneo- pero no a Olazábal. El vasco, antes de darle a la bola con los palos en un torneo deberá pasar un mes de recuperación de la reciente operación en el dedo gordo de su pie derecho. Este fin de semana comenzará a practicar el putt y el chip; luego, golpes más largos y la víspera de Huelva comenzará a andarse el campo. Acude a Islantilla sabiendo que si la cosa va mal lo puede dejar en cualquier momento. Antes de entra en competición quiere estar plenamente seguro de su recuperación: el exceso de estrés que proporciona un torneo afecta directamente a los huesos del cuerpo.Olazábal no jugará en España hasta el Turespaña Masters, del 2 al 5 de marzo en Huelva. Su tiempo de inactividad programado sólo para diciembre y enero se alargará un mes más. Después, una semana de descanso y, en Estados Unidos, el Bay Hill, el TPC y Nueva Orleans. Llegará al Masters como final de un ciclo de cuatro semanas, algo que no le preocupa.

Ballesteros ha pasado la semana en California. En Palm Springs, el cántabro se entrenó ocho o nueve horas diarias y, sobre todo, trabajó con su guru particular, Mac O'Grady. Su relación con la primera parte del circuito europeo terminará enseguida, el 12 de febrero, el domingo en que termine el Open de Canarias. Después, de nuevo a Estados Unidos hasta Augusta, del 6 al 9 de abril.

Sobre la firma

Archivado En