A Gregorio Ordóñez, por quien rezaremos esta tarde
Un lunes de enero 23, del año del Señor 95, / en el bar donostiarra de La Cepa / asesinan al vasco ejemplar Ordóñez.Esa tarde Donosti está sombría y enlutada. / Esa tarde los hijos de Enrique, el vasco senador Enrique Casas, Y formulan a Bárbara, su madre, la terrible pregunta sin respuesta. / ¿Por qué Xabier, el hijo de Gregorio y Ana Iríbar, / se queda, como nosotros, sin padre, sin aita?
El martes 24, Easo está triste. Mas Easo está bella como nunca. / Y al filo de las doce, cuando el ángel dice "María, Dios te salve", / Donosti, Guipúzcoa, Euskadi, España entera, se detienen...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Un lunes de enero 23, del año del Señor 95, / en el bar donostiarra de La Cepa / asesinan al vasco ejemplar Ordóñez.Esa tarde Donosti está sombría y enlutada. / Esa tarde los hijos de Enrique, el vasco senador Enrique Casas, Y formulan a Bárbara, su madre, la terrible pregunta sin respuesta. / ¿Por qué Xabier, el hijo de Gregorio y Ana Iríbar, / se queda, como nosotros, sin padre, sin aita?
El martes 24, Easo está triste. Mas Easo está bella como nunca. / Y al filo de las doce, cuando el ángel dice "María, Dios te salve", / Donosti, Guipúzcoa, Euskadi, España entera, se detienen.
Las gentes de la izquierda, la derecha y el centro, / nacionalistas y no nacionalistas, / rezan o meditan, callan o sollozan.
Se muerden los labios, la. ira contenida, y tienen agotada la paciencia.
Ypor doler, les duele hasta el aliento.
Y aquella tarde, a poco más de horas veinticuatro de su muerte, / el cuerpo de Gregorio ocupa y estercola la tierra de Donostia.
Después, caminamos todos a la iglesia. / Con todo el pueblo y con el pueblo, las gentes populares. / Vinieron desde Ceuta y de Melilla; de las islas Baleares y aun Canarias. / Y de toda la hermosa y difícil piel de toro.
Esas gentes escuchan sorprendidas al obispo; / un tanto parco en el responso, / pues el buen Setién, nuevo en estos trances, / rezó poco y lo hizo más por el concejal que por el hombre.
Y eso que Gregorio fue un hombre cabal, un hombre entero. / Nacido en Caracas, Venezuela. / Como Chiqui Benegas e Iñaqui Anasagasti, también vascos, hijos de la España peregrina. Gregorio fue hijo de una España aún pobre y emigrante.
Trabajó duro y fuerte y más que nadie, / para que Guipúzcoa fuera de todos, todos libres. / Porque ya España es de todos, todos libres. / Y Guipúzcoa, lo dice así el Fuero, / es parte principal de España y de su Reino.
Hoy Gregorio habita en las alturas, en los cielos. / Que es reino de todos, de libres y de iguales.
Por eso rogamos, como lo hice con Carmen, socialista, / que ejerzas un tráfico noble de influencias.
Le pides al Dios, Dios siempre bueno y hoy para ti un Dios vecino, / que cese esta barbarie; que acabe esta matanza.
Pero a Dios se le ruega con el mazo en la tierra trabajando. / Las gentes populares, tus amigos, serán el pueblo que camina por tus huellas.
Y así, los hijos de Bárbara y Enrique, / y Xabier, el hijo de Gregorio y Ana Iríbar, / y los hijos de todos los muertos a. mano de ETA: / civiles y soldados, policías, guardias, hombres, mujeres y hasta niños. Y de los vascos amigos ucederos.
Podrán ir tranquilos a La Cepa, / que ha sido cepa de sangre y testigo de asesinos. / Y ha de ser cepa de vino y testigo de paz y de sosiego.
Y así, amén de los amenes.
Donde hubo tristeza, habrá alegría. / Donde reinó el terror, habrá cordura. / Y donde cundió el desespero, habrá esperanza.-