Tribuna:

Tranquilidad

Dice don Jordi Pujol que Cataluña está tranquila y que a él le gustaría exportar algo de esa tranquilidad catalana al resto de España. Con este mensaje apaciguador, el honorable presidente de la Generalitat demuestra una, vez más -ya lo hizo en otras ocasiones comprometidas- que es muy cierto aquello que siempre se dice de que "los catalanes son muy suyos, pero cuando son amigos, son amigos". Yo, por cierto y dicho sea de paso, no conozco a nadie que no sea muy suyo, pero, por alguna razón que no acabo de comprender, esto de ser muy suyos no se dice nunca de los gallegos o de los vascos...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Dice don Jordi Pujol que Cataluña está tranquila y que a él le gustaría exportar algo de esa tranquilidad catalana al resto de España. Con este mensaje apaciguador, el honorable presidente de la Generalitat demuestra una, vez más -ya lo hizo en otras ocasiones comprometidas- que es muy cierto aquello que siempre se dice de que "los catalanes son muy suyos, pero cuando son amigos, son amigos". Yo, por cierto y dicho sea de paso, no conozco a nadie que no sea muy suyo, pero, por alguna razón que no acabo de comprender, esto de ser muy suyos no se dice nunca de los gallegos o de los vascos, sino tan sólo de los catalanes.Me da la impresión de que el senor Pujol cuando habla del resto de España se refiere especialmente a Madrid. El resto de España no está intranquilo. Le llegan diariamente los efluvios del nerviosismo que Madrid irradia, pero parece que la distancia amortigua los efectos de ese mensaje intranquilizador.

Los españoles qué no están en Madrid se toman con mucha más calma que los de la corte los culebrones que produce la actualidad. Y no sólo se aplica esto al. hombre de la calle, sino también a los políticos, que parecen estar mucho más relajados que sus congéneres, de Madrid. Si el señor Pujol trae desde Cataluña palabras de tranquilidad, el señor Fraga, por poner otro ejemplo, parece estar perfectamente tranquilo en su feudo de Galicia. No ha, abierto la boca a lo largo de la crisis, a pesar de que a sus jóvenes y ansiosos correligionarios de Madrid habría podido convenirles que don Manuel echara a este fuego alguna leña.

También la tranquilidad y ecuanimidad que, sin dejar de informar de lo que ocurre, muestra la prensa de fuera de Madrid contrasta con -la crispación de algunos periódicos de la capital. Plantas autóctonas, se diría, de Madrid son columnistas y contertulios de radio que los botánicos no encontrarían en otras partes de España. Es una buena acción la del señor Pujol al proponerse tranquilizar a los españoles. No sé si lo logrará. Para intentarlo, no necesitará enviar mensajes al resto de España, sino, tan sólo facturar en el puente aéreo, con destino a Madrid, la maleta de la tranquilidad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En