Sainz afronta con desventaja la última batalla frente a Auriol

La misma historia, el mismo lugar, las mismas personas. Ha llegado otro día D en el Mundial de rallies. A partir de hoy, por tierras británicas, Carlos Sainz y Luis Moya (Subaru) intentan culminar el buen año del deporte español con la consecución de un nuevo título, el de campeones del mundo de rallies. Lo tienen difícil. La ventaja antes de la última prueba de la temporada, el RAC Rally, es de su rival, el francés Didier Auriol (Toyota). Las posibilidades de Sainz pasan por un desastre de Auriol, que tan sólo necesita acabar cuarto para convertirse en el primer francés campeón del mundo.
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La misma historia, el mismo lugar, las mismas personas. Ha llegado otro día D en el Mundial de rallies. A partir de hoy, por tierras británicas, Carlos Sainz y Luis Moya (Subaru) intentan culminar el buen año del deporte español con la consecución de un nuevo título, el de campeones del mundo de rallies. Lo tienen difícil. La ventaja antes de la última prueba de la temporada, el RAC Rally, es de su rival, el francés Didier Auriol (Toyota). Las posibilidades de Sainz pasan por un desastre de Auriol, que tan sólo necesita acabar cuarto para convertirse en el primer francés campeón del mundo.

Es ésta la tercera vez que Sainz se juega el título mundial en la última carrera del año en Gran, Bretaña. De las dos anteriores, en una partía como favorito y perdió -en 1991 contra el finlandés Juha Kankkunen-, y en la otra era la víctima y sin embargo gano -en 1992 precisamente contra Auriol- Ahora el piloto español no es el favorito, y es su rival quien lo tiene todo a favor.El resumen de las posibilidades es sencillo: Sainz sólo será tricampeón si vence en Gran Bretaña y Auriol termina más allá de la cuarta posición. Algo que, en circunstancias normales, sólo puede ocurrir si el francés sufre algún accidente o avería. La suerte de Sainz está en manos de la fortuna, aunque existe un resquicio amplio, avalado por las dificultades del recorrido del RAC Rally y por la propia fragilidad moral de Auriol. El piloto francés dispone quizá, de la última oportunidad de su carrera para alcanzar el título y dejar de ser el eterno segundón. Auriol ha ganado hasta ahora 16 rallies del Mundial, dos más que Sainz, aunque éste suma ya dos títulos.

Fuerte presión

La presión sobre Auriol es muy fuerte. Ahí radica la baza de Sainz. Las últimas manifestaciones del piloto francés reflejan prudencia y temor: "No quiero pensar en el título. Me niego a que me obsesione". Sus 11 puntos de ventaja son una garantía sólida, pero no definitiva, y Sainz pretende apurar sus opciones. "Conseguir él título está difícil porque no dependemos sólo de nosotros", ha dicho. "Pero mientras queden kilómetros por recorrer hay que intentarlo".

Si las matemáticas están con Auriol, los precedentes en el RAC Rally están en contra su nunca ha pasado de la quinta posición. Y el campeón español se ha impuesto dos veces (1990 y 1992). "En el RAC es fácil cometer errores, cualquiera puede tenerlos", explica Sainz. "De todas maneras, es una prueba que nos gusta y se nos da bien".

El bicampeón anhela la presencia de otros hombres que puedan, intercalarse en la clasificación entre él y Auriol. Los pilotos de Ford -el francés Françoix Delecour, el italiano Massimo Biasion, el británico Malcolm Wilson, el finlandés Ari Vatanen y el sueco Stig Blomqvist-, junto con su companero en Subaru, el escocés Colin McRae, Pueden ayudar a Sainz.

Sin embargo, también en ese sentido la ventaja es para Auriol, cuyo compañero Juha Kankkunen va a jugar un papel importante. Puesto que a Sainz sólo le vale la victoria, el tetracampeón finés saldrá a presionarle. Y un abandono del español daría automáticamente el título a Auriol.

En el grupo N, la categoría reservada a los coches de serie ligeramente mejorados, la última prueba debe dictar sentencia. Y el desenlace también puede tener color español. En este caso, el cántabro Jesús Puras (Ford) es el favorito, pues sólo necesita terminar tercero de la categoría para alcanzar el título.

El RAC Rally se disputa integramente sobre tierra, con la posible presencia de barro, niebla y hielo. Otro inconveniente: los pilotos sólo han podido pasar dos veces por los 29 tramos cronometrados (520 kilómetros) y las anotaciones se han hecho circulando en convoy a menos de 50 kilómetros por hora. Apenas existen referencias, las trampas se suceden y la posibilidad de errores grande.