Tribuna:

A la busca de un "míster"

Hay quien dice que jugar al fútbol es difícil aún sin contrario. También resulta complicadísimo arbitrar. Los colegiados se desenvuelven cada domingo en esos territorios que Walter Benjamin llamó "el estado de excepción de la ciudad" con el único apoyo de su silbato. En España, tanto en Primera como en Segunda División, se practica un fútbol de dentellada al menisco y patada al paladar, y los colegiados deben poner orden al caos con el público en contra y unos jugadores cada vez más adiestrados en el arte del engaño. Dominar la simulación de un penalti se está convirtiendo para un delantero en...

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Hay quien dice que jugar al fútbol es difícil aún sin contrario. También resulta complicadísimo arbitrar. Los colegiados se desenvuelven cada domingo en esos territorios que Walter Benjamin llamó "el estado de excepción de la ciudad" con el único apoyo de su silbato. En España, tanto en Primera como en Segunda División, se practica un fútbol de dentellada al menisco y patada al paladar, y los colegiados deben poner orden al caos con el público en contra y unos jugadores cada vez más adiestrados en el arte del engaño. Dominar la simulación de un penalti se está convirtiendo para un delantero en algo tan preciado como saber regatear. Los árbitros resuelven en segundos una jugada polémica. En ocasiones, salen protegidos por la policía de los estadios. Pero las moviolas televisivas han demostrado las complicaciones el arbitraje y nadie parece admitirlo. Las noches de los domingos, los excolegiados y los periodistas discuten en las diferentes emisoras sobre imágenes televisivas que se repiten una y otra vez, y muchas veces nadie se pone de acuerdo en lo ocurrido. ¿Fue o no penalti? Y el árbitro tuvo que definirse rápidamente y a la carrera a dificultad de arbitrar.El partido del morbo fue el Rayo Vallecano-Real Madrid, con el debú de Paquito como técnico rayista, en sustitución del destituido David Vidal. Paquito fue un 10 del Valencia que jugaba con una precisión de laboratorio químico. Tenía la facultad de colocar el balón en el punto opuesto del campo con la exactitud de un tiralíneas. Eran los tiempos -años setenta- del Valencia campeón de Abelardo, Sol, Claramunt, Quino y Valdez. El Rayo tuvo enfrente a un Madrid desdibujado. Pero jugó Sandro, uno de los bebés furiosos del Real Madrid último y urgente de Dani y Raúl: una cantera inagotable.

Los entrenadores tienen una vida laboral llena de sobresaltos. Previamente al partido de ayer, Antonio Montero Nene, presentó su dimisión en el Marbella. Petrovic, el magnate que llegó del Este, deberá encontrar nuevo entrenador, el tercero de la Liga, porque en la segunda jornada destituyó a Sculara. Madonna, que rueda un vídeo en la provincia de Málaga, titularía esta peripecia Buscando míster desesperadamente. El Marbella disputó un partido frenético frente al Athletic (2-1).

Y a todo esto, los árbitros de Segunda, ayer, bien.

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