GENTE

LOS CALZONCILLOS DEL EMPERADOR

Los herederos de la familia Habsburgo siguen la moda de otras monarquías, europeas revelando sus secretos públicamente. Los aristócratas sin trono se decidieron a vender a una casa de subastas en Viena íntimos objetos de sus antepasados, entre los que hay calzoncillos del emperador Francisco José y las fogosas cartas de amor enviadas a su amante de toda la vida, Katherina Schratt, mientras estaba casado con Elisabeth, Sissy. La ropa interior, que- será subastada entre el 16 y el 20 de noviembre, se describe en el catálogo de la siguiente forma: "Calzoncillos del emperador ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los herederos de la familia Habsburgo siguen la moda de otras monarquías, europeas revelando sus secretos públicamente. Los aristócratas sin trono se decidieron a vender a una casa de subastas en Viena íntimos objetos de sus antepasados, entre los que hay calzoncillos del emperador Francisco José y las fogosas cartas de amor enviadas a su amante de toda la vida, Katherina Schratt, mientras estaba casado con Elisabeth, Sissy. La ropa interior, que- será subastada entre el 16 y el 20 de noviembre, se describe en el catálogo de la siguiente forma: "Calzoncillos del emperador Francisco José, algodón, con un monograma de la corona imperial bordado en seda de color rosado del año 1894, manchado. Precio de salida, 5.000 chelines [unas 60.000 pesetas]". Los 300 objetos de la casa Habsburgo han sido entregados por la misma familia y por un empresario millonario que se dedicó toda la vida a coleccionarlos, cuya identidad no ha sido revelada. De la emperatriz Sissy, que fue asesinada en 1898 y sufría de anorexia, hay docenas de pañuelos blancos, y fundas de almohadas, con monogramas bordados por las monjas. También se subastarán las vasijas de porcelona que usaba la pareja imperial para lavarse los pies y el sombrero de lana que usaba el emperador para dormir. En una carta del 29 de marzo de 1891 de Francisco José a su amante le escribe: "No sabe usted, querida miga, cuánto me alegro de verla mañana, espero que los días melancólicos hayan pasado y que podamos empezar de nuevo".-

Archivado En