Jáuregui se niega a hablar de pactos y sólo piensa en ganar

Los socialistas vascos se niegan a hablar en estos momentos de una nueva alianza de gobierno con el PNV, aunque tampoco la descartan. Pese a los reiterados llamamientos del partido que encabeza Xabier Arzalluz para que el PSE-EE se comprometa de antemano a repetir coalición, Ramón Jáuregui rechaza hablar más allá del día 23, fecha de las elecciones autonómicas. El secretario general de los socialistas vascos ve la reedición del pacto sólo como una posibilidad más. "Nuestro objetivo es ganar", dijo ayer, al tiempo que apelaba al voto útil de progreso y a poner freno a la abstención.

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Los socialistas vascos se niegan a hablar en estos momentos de una nueva alianza de gobierno con el PNV, aunque tampoco la descartan. Pese a los reiterados llamamientos del partido que encabeza Xabier Arzalluz para que el PSE-EE se comprometa de antemano a repetir coalición, Ramón Jáuregui rechaza hablar más allá del día 23, fecha de las elecciones autonómicas. El secretario general de los socialistas vascos ve la reedición del pacto sólo como una posibilidad más. "Nuestro objetivo es ganar", dijo ayer, al tiempo que apelaba al voto útil de progreso y a poner freno a la abstención.

El lehendakari, José Antonio Ardanza, reiteró ayer el mensaje que el miércoles envió al PSE el presidente de su partido, Xabier Arzalluz: "Espero que superen la fase de ir a la oposición si no ganan", declaró el presidente del Gobierno vasco, "y que el día después de las elecciones estén en una postura abierta, como todos los demás".El pacto de legislatura ha unido durante más de siete años a socialistas y nacionalistas, pero Jáuregui no se deja seducir por la idea de prorrogarlo. En la recta final de campaña, el líder socialista se mantiene en el doble discurso del relevo y el voto útil y sólo piensa en ganar. La abstención sería, a su juicio, un "tremendo error", mientras que el voto al "testimonialismo de IU" restaría fuerza a la "opción de progreso" socialista. Por eso Jáuregui, cuando es preguntado por sus intenciones para el día 24, no quiere oír nada de nuevos pactos con el PNY y prefiere hablar sólo del día 23. "La meta es ganar; no hay que hacer predicciones todavía", dijo ayer el líder del PSE.

En esta situación, Arzalluz no arila tanto su verbo contra los socialistas de aquí, pero ya ha dejado claro que si el PSE no quiere una nueva coalición, los nacionalistas tendrán que gobernar "con quien sea". El mensaje, en cualquier caso, lo ha completado Ardanza, quien pone como condición, para prorrogar la alianza, que el PSE supere el test de las elecciones municipales y de las Juntas Generales de la próxima primavera. "Se trata de encontrar la fórmula más íntegradora y cohesionadora de todas", declaró el lehendakari en Vitoria, "además de basar el Gabinete en el máximo de coincidencias programáticas".

Se trataría, pues, de que los partidos que gobiernen el País Vasco aseguren la estabilidad en el Parlamento. de Vitoria, pero también en las diputaciones forales. El principal problema está en Álava, donde la irrupción de Unidad Alavesa (UA) puede arrebatar al PNV y al PSE el Gobierno provincial y romper el control de las tres provincias.

Frente a la frialdad socialista, los peneuvistas sí encontraron ayer un claro aliado. El ex dirigente de Herri Batasuna (HB) Txema Montero, expulsado de la coalición independentista en 1992 por defender el Estatuto de Gernika y la Ley de Amejoramiento de Navarra, ha pedido a los abertzales que refuercen "la lista que tiene más posibilidades para acceder a la gobernabilidad en mejores condiciones", en alusión al PNV, aunque si nombrarlo explícitamente por sus siglas. El ex eurodiputado independentista señala en una entrevista en el rotativo Deia que "reforzando esta lista, en mi opinión, caben más posibilidades de abrir un proceso de reflexión conjunta para todos los abertzales, y conseguir así la normalización de este país".