Entrevista:

"Sabré si me gusta Madrid cuando lo vea sin obras"

Antes de que el cine le desvele, Gonzalo Suárez (Oviedo, 1934) convierte en película cada uno de sus sueños. Aun así, no se considera un director surrealista sólo por saber utilizar su inconsciente. El críptico argumento de su última historia, El detective y la muerte, que se estrena hoy, es una de esas cosas que pasan ahí al lado, un crimen con móvil, pero sin pretexto. Debe ser un monárquico antisálico, a juzgar por esas tres reinas: dos películas, Reina zanahoria, y La reina anónima, y un libro, La reina roja. Rueda de pie y escribe sentado, fumador de cigarros p...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Antes de que el cine le desvele, Gonzalo Suárez (Oviedo, 1934) convierte en película cada uno de sus sueños. Aun así, no se considera un director surrealista sólo por saber utilizar su inconsciente. El críptico argumento de su última historia, El detective y la muerte, que se estrena hoy, es una de esas cosas que pasan ahí al lado, un crimen con móvil, pero sin pretexto. Debe ser un monárquico antisálico, a juzgar por esas tres reinas: dos películas, Reina zanahoria, y La reina anónima, y un libro, La reina roja. Rueda de pie y escribe sentado, fumador de cigarros puros a su pesar, se considera un hombre de imaginación. La calidad de la fotografía de El detective y la muerte, obra de su hermano Carlos Suárez, ha merecido el Premio Prisma del Festival de la Asociación de Directores de Fotografía.Pregunta. Realista no, surrealista tampoco, ¿entonces?

Respuesta. A veces, los personajes de las películas que dicen ser realistas caen en la identificación barata. Jamás he conocido chicas como las de Almodóvar en Mujeres al borde.... ¿Son ellas más realidad que Mary Shelley? La literatura es fabulación y, en el cine, la realidad de un personaje consiste en ser falso.

P. Usted es un director que se queja poco.

R. Peor están las cosas en Ruanda. Dedicarse al cine es un lujo, aunque no resulte fácil. Quejarse me parece una obscenidad.

P. Antes de dedicarse a fabricar sueños usted ejerció de periodista.

R. Sí, me resultaba muy simpática esa manera de acercarme al mundo. Lo digo con cierta añoranza porque no soy proclive a la nostalgia. Cuando sea mayor, mayor, pienso recuperar la profesión.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

P. Dicen que sus películas son de culto, y su cine de autor.

R. Como género, el cine de autor no existe, porque todo lo firmado ya es de alguien. No soy tan personal como me pintan, jamás hablo de mi vida, prefiero contar percepciones extrasensoriales.

P. ¿Le preocupa el festival de San Sebastián?

R. Nadie acude a un certamen por obligación, luego, habrá que asumir el resultado. Es como un examen, porque el cine también ha sido un pretexto para no ir a clase.

P. ¿Detesta el cine a la carta?

R. Quiero que cada película sea una experiencia nueva y única. Hay géneros con tendencia a la serie donde nada es inesperado, igual que cuando comes hamburguesas. No hay sorpresa.

P. Dicen de usted que es una eterna joven promesa.

R. Las carreras nunca están ganadas ni perdidas antes del final. Los últimos metros son los más importantes, y es una baza que yo siempre prefiero reservarme.

P. Habla de cine con puntos cardinales, cine del norte, cine del sur.

R. Es lo mismo que las señales de tráfico. Hay mares muy distintos, como el mar Cantábrico y el Mediterráneo, y yo soy más de aquél.

P. ¿Se siente usted bien en Madrid? ¿Qué sensaciones le produce a usted esta ciudad?

R. Querría que acabaran las obras para ver si me gusta la ciudad. En mi último libro, titulado El asesinato triste, hay un cuento dedicado a Madrid, a su olor a cemento. Es una sensación muy peculiar, inconcreta, barullona y polvorienta.

El detective y la muerte se estrena hoy en varios cines de la Comunidad de Madrid. Consultar cartelera.

Archivado En