COMPETICIONES EUROPEAS

El orgullo recuperado

Los madridistas otorgan al éxito en Lisboa un gran valor anímico

Era algo más que la alegría por una victoria trabajosa o la satisfacción de continuar en el torneo europeo. La felicidad de los jugadores del Madrid tenía que ver con algo interior, probablemente con la recuperación de la estima perdida en los últimos años. Y también con un sentido casi tribal. El grupo estaba unido como nunca. Se advertía en el gesto de los futbolistas, en las conversaciones que mantenían en el aeropuerto, en el espíritu feliz de un equipo instalado durante demasiado tiempo en el desánimo.Preso de la emoción, Martín Vázquez apenas podía contener las lágrimas en el vestuario. ...

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Era algo más que la alegría por una victoria trabajosa o la satisfacción de continuar en el torneo europeo. La felicidad de los jugadores del Madrid tenía que ver con algo interior, probablemente con la recuperación de la estima perdida en los últimos años. Y también con un sentido casi tribal. El grupo estaba unido como nunca. Se advertía en el gesto de los futbolistas, en las conversaciones que mantenían en el aeropuerto, en el espíritu feliz de un equipo instalado durante demasiado tiempo en el desánimo.Preso de la emoción, Martín Vázquez apenas podía contener las lágrimas en el vestuario. Ha vivido tiempos desagradecidos desde su retorno y ahora comienza a sentirse valorado nuevamente. En Lisboa hizo un partido excelente, lleno de coraje y clase. Por fin se sentía satisfecho y reconocido.

Martín Vázquez venía a representar el estado de ánimo de los jugadores. Reconocían el sufrimiento que habían padecido -"Los cinco últimos minutos sobraron. Fueron terribles", decía Sanchis-, pero había un aire de orgullo. "Cuando se habla de las grandes noches europeas, se olvidan los desastres que obligaron a las remontadas. Esta vez el Madrid ha tenido coraje y fe fuera de casa", señaló otro futbolista.

Valdano incidía en esa línea. El equipo había visto demasiados fracasos europeos, casi todos lejos del Bernabéu. "Hemos tenido atrevimiento incluso en los momentos que parecían aconsejar la prudencia, como ocurrió en la parte final del encuentro. Eso ha sido lo que más me ha impresionado", comentó.

Se advertía en el ambiente la alegría recuperada. Un equipo que se había vuelto tristón y receloso celebraba una buena victoria, una de ésas que tienen sobre todo un extraordinario valor anímico. Algo de eso quería decir Laudrup cuando deslizó un comentario definitivo. "Hemos tenido juego y buena suerte. Ya me ocurrió en el Barça. Con eso se ganan las Copas de Europa".

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