BLOQUEO INSTITUCIONAL

Sin candidatos para un puesto crucial

Menos conocido a nivel popular que otras instituciones pendientes de cambio, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) -346 personas en plantilla y más de 4.000 millones de presupuesto anual- cuenta con una función crucial para la seguridad de todos los españoles. Es el principal responsable de garantizar que son seguras las nueve centrales nucleares y las casi 4.000 instalaciones radiactivas que hay en España.Su presidente, Donato Fuejo, está en funciones desde octubre de 1993, tras agotar un mandato de seis años. No sólo él está fuera de plazo. En la misma prórroga anormal están dos de los cuatr...

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Menos conocido a nivel popular que otras instituciones pendientes de cambio, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) -346 personas en plantilla y más de 4.000 millones de presupuesto anual- cuenta con una función crucial para la seguridad de todos los españoles. Es el principal responsable de garantizar que son seguras las nueve centrales nucleares y las casi 4.000 instalaciones radiactivas que hay en España.Su presidente, Donato Fuejo, está en funciones desde octubre de 1993, tras agotar un mandato de seis años. No sólo él está fuera de plazo. En la misma prórroga anormal están dos de los cuatro consejeros que completan la cúpula del CSN: Luis Echávarri y Fabio Sarmiento.

No parece fácil encontrar un sustituto a Fuejo para un cargo de mucha responsabilidad y complejidad técnica, pero poco brillo. Apenas se han barajado nombres. Sólo ha habido rumores respecto a un candidato: Juan Manuel Kindelán, actual presidente de Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos). Lo que el reglamento del CSN, creado en 1980, pide para su presidente es bastante genérico: "Una persona de conocida solvencia dentro de las especialidades de seguridad nuclear, tecnología, protección radiológica y del medio ambiente, medicina, legislación, o cualquier otra conexa con las anteriores".

El nombramiento del Gobierno pasa a la Comisión de Industria del Congreso, que apoyará o rechazará al candidato por mayoría de tres quintos. Una fórmula a veces mencionada es la reelección, que prevé el estatuto de la institución. En el caso de los consejeros es factible, pero con Fuejo se complica: tiene 68 años y el reglamento limita los puestos a la edad de 70 años. Resulta imposible, por tanto, concederle otro mandato de seis años. Mientras, algunas voces han hecho ver el riesgo de tomar decisiones con tal grado de interinidad. Fuejo se ha retirado lo más posible de las declaraciones públicas, aunque discretamente. ha hecho saber que le incomoda la situación.

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