Un tetracampeón en paro

Taffarel, portero de la selección de Brasil podría verse obligado a emigrar a Japón

Claudio Taffarel, el mejor portero del mundo está en paro. Ni la Copa del Mundo ganada el pasado julio le ha servido para encontrar trabajo. Ni el título de guardameta menos goleado en Estados Unidos 94 (tres tantos en siete partidos) le ha garantizado el futuro inmediato. Ni pararle un penalti decisivo al italiano Massaro en la final disputada en Los Ángeles le ha valido para continuar en el calcio italiano. Ni siquiera en Brasil, un país que llevaba 24 años sin ganar el Mundial, ha habido un equipo capaz de agradecerle los servicios prestados. Terminadas las celebraciones por el cuart...

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Claudio Taffarel, el mejor portero del mundo está en paro. Ni la Copa del Mundo ganada el pasado julio le ha servido para encontrar trabajo. Ni el título de guardameta menos goleado en Estados Unidos 94 (tres tantos en siete partidos) le ha garantizado el futuro inmediato. Ni pararle un penalti decisivo al italiano Massaro en la final disputada en Los Ángeles le ha valido para continuar en el calcio italiano. Ni siquiera en Brasil, un país que llevaba 24 años sin ganar el Mundial, ha habido un equipo capaz de agradecerle los servicios prestados. Terminadas las celebraciones por el cuarto título mundial conseguido por la selección brasileña, Taffarel ha chocado con la dura realidad. Se acabó el sueño.Los brasileños no quieren saber nada de porteros, así que Taffarel regresó a Italia después del Mundial. Jugaba en el Reggiana aunque era del Parma, club con el que todavía le queda un año de contrato. Ni uno ni otro le quieren. Tienen las plazas de extranjeros cubiertas con jugadores de campo. Él cree que tiene sitio en la Liga italiana, pero no le hacen caso. No le ha quedado otro remedio que intentar mantener la forma con partidos amistosos. Y no desde la portería precisamente, sino desde la delantera.

El guardameta brasileño compite, a sus 28 años, en el torneo parroquial de Regio-Emilia. Sólo puso una condición: jugar de delantero. "Llevo la camiseta número 10 y ya he metido cuatro goles. ¿No está mal, verdad?. Me divierto", afirmó en una entrevista concedida al programa Força Esports de Catalunya Rádio. "La verdad es que llegué al Mundial sin tener equipo, pero cuando me vi campeón del mundo pensé que algún club me contrataría. Pero el título no me ha servido para encontrar trabajo".

Taffarel suspira por quedarse en Italia. Hay una posibilidad algo complicada: fichar por el Torino. En caso de que la negociación con el conjunto turinés no fructifique, el campeón del mundo ha decidido irse al auténtico cementerio de elefantes que es la Liga profesional japonesa. "Es muy difícil entender lo que está pasando", sentencia Taffarel, un hombre poco ilusionado por emprender una aventura que, al menos, le reportaría sustanciosas ganancias económicas.

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