Cartas al director

Observaciones sobre Europa y el islam

Santiago Quesada Casajuana compara en su muy interesante carta Europa y los fundamentalismos (31 de agosto) la evolución de las sociedades islámicas actuales con las europeas de la edad moderna, indicando "algunas pautas y elementos que guardan relación". Quisiera hacer tres breves observaciones al respecto.En primer lugar, es interesante ver ahora cuáles son las pautas y elementos que no guardan relación. De este modo, vemos que a diferencia de los movimientos de revitalización cristianos, que desde Lutero tienen por objetivo insuflar una mayor fe en los fieles, el radicalismo islámico trata ...

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Santiago Quesada Casajuana compara en su muy interesante carta Europa y los fundamentalismos (31 de agosto) la evolución de las sociedades islámicas actuales con las europeas de la edad moderna, indicando "algunas pautas y elementos que guardan relación". Quisiera hacer tres breves observaciones al respecto.En primer lugar, es interesante ver ahora cuáles son las pautas y elementos que no guardan relación. De este modo, vemos que a diferencia de los movimientos de revitalización cristianos, que desde Lutero tienen por objetivo insuflar una mayor fe en los fieles, el radicalismo islámico trata de influir sobre su conducta, intentando ajustarla al máximo a los paradigmas islámicos. El islam aparece entonces como algo más que la principal religión monoteísta en auge: es también una forma de vida.

En segundo lugar, hablar de fundamentalismo para describir el radicalismo islámico, o islamismo, es un anglicismo que procede de la denominación que se daba en Estados Unidos a una secta protestante que sostenía la verdad literal de la Biblia y que publicaba, hacia 1910, una hoja periódica llamada The fundamentals. En cuanto al término integrismo, es un galicismo más propio de las guerras de religión europeas del siglo XVI que del islam militante y radical que conocemos hoy. Este último quiere hacer de la vieja y gloriosa civilización islámica un movimiento político moderno y transnacional.

Por último, el autor de la citada carta tiene cierta razón cuando concluye que "quizá deberíamos analizar todo esto para luchar eficazmente contra la intolerancia más o menos ilustrada del nuevo islam".

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Pero cuidado: hay que diferenciar el islam como religión, que puede ser abierta y moderna, y el islam como ideología, ciertamente cerrada y partidista.

Además, el islamismo no es un fenómeno nuevo. El resurgir del pensamiento islámico (Nahda) se produce a finales del siglo XIX, en Egipto y Siria, con figuras como Mohamed Abduh y Rashid Rida. En el siglo XX, el movimiento islamista se consolida con Hassan el Banna, fundador del movimiento de los Hermanos Musulmanes (1928), y Sayid Qotb, ejecutado por el nacionalismo laico de Nasser (19.65)- Gonzalo Fournier Conde. Madrid.

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