Entrevista:

"Aquí se sigue pensando que el teatro lo puede hacer cualquiera"

Ángel Gutiérrez nació en 1932 en Asturias, donde sólo pudo vivir hasta los cinco años. A esa edad, para protegerle de la Guerra Civil que azotaba España, le montaron en un barco cargado con más niños que partía hacia Rusia. El destino de todos ellos fue la condición de niños de la guerra para toda la vida y el de Ángel Gutiérrez, además, obtener el título de director de teatro y el de cine, dirigir el Teatro de Chéjov en Taganrog, el Teatro Gitano de Moscú y un total de 40 montajes en toda la Unión Soviética. Durante 18 años fue también catedrático de Interpretación en el Instituto...

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Ángel Gutiérrez nació en 1932 en Asturias, donde sólo pudo vivir hasta los cinco años. A esa edad, para protegerle de la Guerra Civil que azotaba España, le montaron en un barco cargado con más niños que partía hacia Rusia. El destino de todos ellos fue la condición de niños de la guerra para toda la vida y el de Ángel Gutiérrez, además, obtener el título de director de teatro y el de cine, dirigir el Teatro de Chéjov en Taganrog, el Teatro Gitano de Moscú y un total de 40 montajes en toda la Unión Soviética. Durante 18 años fue también catedrático de Interpretación en el Instituto de Moscú. Hace 20 años, Gutiérrez abandonó la antigua URSS en la que, según dice, "aprendió a vivir para hacer algo útil". Ahora dirige en Madrid el Teatro de Cámara en el que, estos días, se representa Los Pícaros. Pasos y entremeses de Lope de Rueda y Cervantes.Pregunta. Ser español, ¿fue un obstáculo para su carrera en la URSS?

Respuesta. Al contrario. Ser español en Rusia ha sido para nosotros un conveniente. Allí han admirado siempre a España. España ha sido siempre un ideal para Rusia; un ideal de belleza, de valentía, de caballerosidad... Yo creo que en eso ha influido mucho El Quijote.

P. ¿Se prestaba mucha atención al teatro español en la URSS?

R. No hay teatro en Rusia que no tenga un montaje español. El teatro español se conoce mucho mejor que en España.

P. ¿Qué fue lo que más le chocó cuando regresó?

R. No encontrar ese ideal que nos enseñaron allí y con el que soñabamos. España resultó todo lo contrario.

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P. ¿Y en lo relativo al teatro?

R. Era un desastre, un desierto. Había una incultura total.

P. ¿A qué cosas concretas se refiere?

R. No había una escuela sólida ni buenos profesores. No había un criterio metodológico. El teatro aquí se considera todavía como algo que pueda hacer cualquiera. Pero hacer un personaje es un trabajo de cirujanos.

P. Pero usted tiene buenas críticas y es catedrático de la Real Escuela de Arte Dramático, en Madrid.

R. Fui catedrático durante 18 años en el mejor instituto de teatro del mundo, en Moscú.

P. ¿A qué se debió la de cisión de regresar?

R. Se me hacía imposible la vida allí bajo el régimen de Bréznev, la persecución a la vida cultural, la corrupción... Era el año, 74, en el que expulsaron a varios intelectuales. Yo tuve muchas dificulta des porque estaba dentro de los opositores al régimen.

P. Usted dirigió teatros en la Unión Soviética, ¿qué opina de la gestión de los teatros públicos aquí?

R. Me choca que un teatro se le regale a un señor por ser del partido que gobierna. Que den centenares de millones a esos teatros sin saber en que se gastan y a otros como el nuestro, que tiene 14 años, no se le tenga un mínimo de atención ni de respeto. Aquí no se usa el criterio del talento, se usa el mercantil. En Rusia, los artistas nos apoyábamos. Aquí lo que hay es una competencia de mercaderes, no de artistas.

Los Pícaros. Pasos y entremeses en el Teatro de Cámara (San Cosme y San Damián, 3) hasta el 18 de septiembre. De jueves a domingo a las 21.30. Entradas: 1.000 pesetas (niños 500).

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