Cartas al director

Tarifas de mozos

Desciendo de un excelente tren que para en una moderna estación. Como es de práctica en otras, busco algún carro portaequipajes. No los encuentro, pues no existen. Acuden a mí tres mozos (viajé en el vagón de cola) con sus carretillas de mano. No sé cuánto cobran por el porte (en otros tiempos menos modernos era la voluntá) ni encuentro visible ninguna tarifa. Dejo que los mozos vuelvan de vacío hacia la escalera mecánica (no existe as censor en el andén) entre cabreados y resignados. Se ve que no les ha funcionado la ley del mercado.Hace calor y las maletas pesan muchísimo, pero...

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Desciendo de un excelente tren que para en una moderna estación. Como es de práctica en otras, busco algún carro portaequipajes. No los encuentro, pues no existen. Acuden a mí tres mozos (viajé en el vagón de cola) con sus carretillas de mano. No sé cuánto cobran por el porte (en otros tiempos menos modernos era la voluntá) ni encuentro visible ninguna tarifa. Dejo que los mozos vuelvan de vacío hacia la escalera mecánica (no existe as censor en el andén) entre cabreados y resignados. Se ve que no les ha funcionado la ley del mercado.Hace calor y las maletas pesan muchísimo, pero, a riesgo de que piensen que soy un racano, me las arreglo para llegar por etapas a la parada de taxis.

Después de todo voy contento, pues la operación me ha hecho valorar el trabajo físico, y he sido partícipe de un pequeño sainete madrileño, uno de tantos que dan carácter a nuestra ciudad.

Lugar y fecha: Madrid-Chamartín. Julio de 1994.

Señores de Renfe: en otras estaciones importantes de su red no ocurre esto. Es evidente el defecto del diseño, pero... ¿querrán ustedes exhibir las tarifas de mozos en cada andén?-

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