Zülle y Delgado

El caso Induráin tiene un precedente el año pasado en el suizo Alex Zülle. Durante la Vuelta a España de 1993 surgió la noticia de otro supuesto positivo suyo durante la anterior Vuelta al País Vasco. El salbutamol también saltó entonces, y el escándalo que parecía alcanzar grandes proporciones al tratarse de uno de los grandes favoritos de la ronda española, fue zanjado por la UCI al declarar que el corredor no había tomado ninguna sustancia prohibida.En el ciclismo, el deporte que más ha estado siempre en el centro del dopaje, la lucha de los corredores ha sido siempre tener, a...

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El caso Induráin tiene un precedente el año pasado en el suizo Alex Zülle. Durante la Vuelta a España de 1993 surgió la noticia de otro supuesto positivo suyo durante la anterior Vuelta al País Vasco. El salbutamol también saltó entonces, y el escándalo que parecía alcanzar grandes proporciones al tratarse de uno de los grandes favoritos de la ronda española, fue zanjado por la UCI al declarar que el corredor no había tomado ninguna sustancia prohibida.En el ciclismo, el deporte que más ha estado siempre en el centro del dopaje, la lucha de los corredores ha sido siempre tener, al menos, la posibilidad de curarse los problemas respiratorios sin dar positivo en los controles.

El caso Induráin, en cambio, sólo tiene que ver con el de Pedro Delgado, en el Tour de 1988, en la oportunidad francesa para sacar a la luz problemas contra corredores españoles. Entonces, Delgado dio positivo con probenecida, sustancia con la que puede evitarse la pérdida de sales y favorecer así mejor la recuperación en los esfuerzos. La probenecida ya estaba prohibida por el COI, pero no por la UCI, que lo hizo poco después. No podía suponer sanción oficial, aunque sí moral. Pero Francia, como se ve, levanta polémica con los trucos y también con las posturas honradas.

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